Gotas de Gracia

¿En qué consiste, entonces, la gracia mediante la cual somos salvados y bajo la cual vivimos? La Gracia es el favor gratuito inmerecido de Dios otorgado a pecadores culpables que sólo merecen la condenación. Es el amor de Dios conferido a los indignos de ser amados. Es Dios descendiendo a la tierra para bendecir a quienes están en rebelión contra Él.

La Gracia está en oposición directa a cualquier supuesto mérito de nuestra parte. Para decirlo de otra manera: La Gracia y las obras se excluyen mutuamente. Como dijo Pablo en Romanos 11:6 “Y si por Gracia, ya no es por obras; de otra manera la Gracia ya no es Gracia.” Nuestra relación con Dios se basa, o en las obras o en la Gracia. Nunca hay una relación de obras más gracia con Él.

Además, la gracia no nos libra del castigo por nuestros pecados y nos provee de nuevas capacidades espirituales para dejarnos a nuestra propia suerte en cuanto al crecimiento espiritual. Antes bien como dijo Pablo: “El que comenzó en vosotros la buena obra [por su gracia] la perfeccionará [por su gracia] hasta el día de Jesucristo.”

Más adelante en Gálatas 3:3 nos pregunta hoy, como preguntó a los creyentes de ese tiempo: ¿Habiendo comenzado por el Espíritu ahora vais a acabar por la carne? Aunque el tema de la circuncisión era el problema específico que estaba atacando Pablo, notemos que no dijo: “¿Están tratando de agradar a Dios mediante la circuncisión?”

De modo que él generaliza su pregunta refiriéndose, no al tema específico de la circuncisión, sino al problema mayor de tratar de agradar a Dios mediante esfuerzos humanos, cualquiera que sea el esfuerzo, incluidas actividades y disciplinas cristianas llevadas a cabo con un espíritu de legalismo.

En la Escritura regularmente encontramos la Gracia de Dios y los méritos de Cristo de manera prácticamente intercambiable, como por ejemplo en Gálatas 5:2-4 o en Efesios 2:4-7, es ambos casos podemos notar la estrecha relación entre Cristo y la Gracia. Se nos ha dado “vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)”. Y Dios quiere “mostrar…las abundantes riquezas de su Gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús”.

Aunque la Gracia de Dios y los méritos de Cristo no son la misma cosa, siempre aparecen juntos en nuestra relación con Dios. No podemos experimentar la una sin el otro. En términos de procedencia, la Gracia de Dios está primero. Fue por su Gracia que Dios en Padre envió a su unigénito Hijo a morir en nuestro lugar. Para decirlo de otra manera, la muerte de Cristo vino como resultado de la Gracia de Dios; la Gracia no vino como resultado de la muerte de Cristo.

Pero también es cierto que nuestra experiencia de la Gracia de Dios sólo es posible por la muerte de Cristo. Dios es misericordioso, pero también justo en sentido absoluto; es decir, su justicia no puede pasar por alto la más mínima infracción de su santa ley. Así, pues, por haber Cristo satisfecho completamente la justicia de Dios, podemos ahora experimentar la Gracia de Dios.

LA GRACIA ES GRANDES RIQUEZAS A CRISTO INFINITAMENTE ATRIBUIDAS, Jesucristo ya ha pagado toda bendición que usted y yo lleguemos a recibir de Dios Padre.

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Que la superabundante Gracia de Dios sea siempre sobre usted en Jesús.