Caminar, le costó la vida a salvadoreño en manos de inmigración
Por: Rafael Navarro-ENG
“Nosotros ya estábamos esperando que lo trajeran, por eso el día que me llamaron yo pensé que me estaban llamando para decirnos que ya lo fuéramos a recoger al aeropuerto…yo creía que esa llamada era, pero, eso era para otra cosa…”, narra a El Nuevo Georgia, vía telefónica desde la localidad de El Congo, departamento Santa Ana, en El Salvador, Ángel Hernández, hijo del ahora difunto Miguel Hernández.
Ángel de 23 años, es el segundo de tres hijos, que deja el hombre de 54 años que hace 9 se vino a Estados Unidos en busca de poder sostener a su familia, a pesar de que sufría de una afección cardíaca que le obligaba a estar tomando medicamentos, y que la noche del pasado 28 de abril encontró la muerte en el Centro de Detención del Norte de Georgia, en Gainesville, donde esperaba para deportación.
Lo que dijo ICE
Claudia Valenzuela, cónsul de El Salvador en Georgia, recuerda que la misma noche del 28 de abril fue avisada por oficiales de la Oficina de Inmigración y Aduanas,–ICE-, por sus siglas en inglés, que un hombre identificado como Miguel Hernández, acababa de morir, posiblemente de problemas cardiacos.
“Recibimos esa llamada porque es el procedimiento que debe seguirse, avisarle a las autoridades de donde es la persona y desde entonces nos encargamos de coordinar todo lo relacionado a asistencia y en ese caso a localizar a la familia en El Salvador”, dijo Valenzuela en entrevista con El Nuevo Georgia.
Lo que el ICE, dijo en un comunicado escueto el siguiente día, es que: “Un hombre de 54 años de edad, nacional de El Salvador, falleció en manos del servicio de Inmigración y Aduanas de EE.UU (ICE) la noche del jueves en el Centro Médico del Noreste de Georgia, en Gainesville, Georgia.”
Más adelante explica que “Miguel Hernández estaba detenido por el ICE en el Centro de Detención del Norte de (NGDC) en Gainesville, mientras pasaba por un proceso de deportación. Hernández entró en custodia del ICE el miércoles, 27 de abril después de haber sido identificado por funcionarios del Departamento de Policía de Charlotte-Mecklenburg, en Carolina del Norte, a través del programa 287 (G)”.
De acuerdo al reporte del ICE, “Hernández había sido trasladado al hospital temprano el día jueves a una cita médica para la evaluación y tratamiento de un coágulo de sangre. Fue devuelto a Centro de Detención para una siguiente cita”.
Luego explica que: “Hernández se derrumbó más tarde esa noche y fue trasladado de urgencia al hospital donde fue declarado muerto aproximadamente a las 21:45”.
A juicio de quienes redactaron el comunicado por parte de la agencia de deportaciones, leyendo el antepenúltimo párrafo: “De acuerdo con el protocolo del ICE, las agencias policiales locales habían informado que su estado de salud era adecuado”.
Deportación express por la 287 (G)
Ángel, dice que su padre no era ningún delincuente, y que su delito, el día 25 de abril fecha en que lo arrestaron había sido salir a llevar una ropa a la lavandería como acostumbraba a hacerlo, siempre caminando, debido a que por su calidad de indocumentado se abstenía de conducir.
“No era ningún delincuente ni se metía en problemas…a él lo agarraron sin hacer nada…lo llevaron a la cárcel, y en dos días que tenia de estar ahí no lo estaban atendiendo bien, mi papá se desesperó y murió de un ataque al corazón…” es la conclusión que saca su hijo.
De acuerdo a los archivos de la policía del condado de Mecklenburg, Hernández habría sido arrestado por el cargo de invasión de propiedad en segundo grado, “pese a ser notificado”, la versión que recogió su hijo concuerda con la policial, en el sentido de que, la victima caminaba por un lugar por donde no debía.
Sin embargo, lo que resulta sorprendente es que, sin ser ese un delito mayor, al día siguiente de su arresto y luego de haber constatado que Hernández estaba de manera irregular en el país, por medio del programa 287 (G) fue trasladado al Centro de Detención de Gainesville para su deportación.
Según versiones del periódico Mi Gente de Charlotte, Miguel Hernández, no habría pasado por exámenes médicos.
“Respecto a su estado de salud a su ingreso en la cárcel local, Julia Rush, portavoz del sheriff informó a este semanario, que debido al corto tiempo que estuvo Hernández encarcelado, probablemente no fue revisado por un médico”, dice la publicación.
“Debido a las reglas de privacidad federal y protección de información médica, no podemos compartir ninguna información sobre su condición de salud, si él tenía alguna”, dijo Rush, citada por el periódico Mi Gente.
Piden investigación
Claudia Valenzuela, cónsul de El Salvador en Atlanta, confirmó a El Nuevo Georgia, que su gobierno ha solicitado una investigación de los hechos y la causa que condujeron a la muerte de Hernández, y advirtió que es un procedimiento que se sigue en estos casos, como parte de las funciones de protección de sus connacionales, por parte del gobierno de su país.
“Hemos pedido también los resultados de la autopsia, así como todo su historial clínico, para evaluarlo y saber lo que realmente pasó en este caso”, dijo la funcionaria.
Entretanto su hijo Ángel, dice que mientras su padre estuvo en la cárcel, nadie pudo comunicarse con él porque todo se dio muy rápido.
“En la cárcel nadie se pudo comunicar con él…su hermano tampoco se había dado cuenta que el estaba arrestado, solo se enteró por otros amigos que vieron cuando la policía se lo estaba llevando…él debía estar muy triste, muy desesperado…”, dijo.
El joven dijo que apelará a su gobierno para que se esclarezca si su padre fue atendido como se debía por su condición médica y que si es posible están en disposición de demandar a las autoridades migratorias de Estados Unidos.
“A mí no me importa hacer una demanda si se requiere…porque no somos vengativos tampoco…pero si nos gustaría entre todos buscar para que no pase lo mismo con cualquier otra persona, esas son dos cosas que se puedan hacer…” concluyó el joven.
Georgia Detention Watch, una organización que vela por que cesen las violaciones de los derechos humanos en los centros de detención de inmigración, llevó a cabo una vigilia el lunes 9 de mayo en horas de la noche frente a la cárcel donde murió Hernández “Para honrar la memoria y la vida de Miguel Hernández y para exigir la rendición de cuentas del ICE, así como de Corporación de Correccionales de América, la compañía con fines de maneja el Centro de Detención del Norte de Georgia”
“Continuamos monitoreando lo que pasa en estas cárceles y exigiendo respuestas sobre estos casos, especialmente ahora con el del señor Hernández”, dijo Antón Flores, de Alterna, organización que hace parte de Georgia Detention Watch.
De la misma manera la Unión de Libertades Civiles—UCLA, por sus siglas en inglés, ha programado una reunión con las autoridades de inmigración donde el principal cuestionamiento será sobre la reciente muerte de Hernández y el estado de los derechos humanos de los detenidos por ese organismo en Georgia.
En lo que va corrido desde el mes de octubre de 2010, 8 detenidos han muerto en manos del ICE, estando en proceso de deportación en distintas cárceles del país. En Georgia, han muerto 3 personas desde que se abrieron los centros de detención: Pedro Gumayagay de 50 años, filipino, muerto en Stwart, el 29 de enero del 2008, Roberto Medina Martínez de 39 años mexicano, muerto en Stwart el 11 de marzo de 2009 y Miguel Hernández, 54 años muerto en Gainesville el 28 de abril de 2011