La lucha no tiene género

Por: Rafael Navarro- ENG

María Molina tiene 12 años viviendo en Marietta aquí ha tenido sus 6 hijos y es de Guatemala, asistió a la marcha de mujeres el pasado domingo 22 de mayo porque dice que no quiere irse del Estado.

“Aquí quiero estar y aquí me voy a quedar”, dijo la mujer al ser interrogada acerca de su asistencia en aquella primera manifestación solo de mujeres, en la que exigieron a voz en cuello respeto por sus familias, por sus hijos, por su comunidad y del mismo modo rechazaron la ley HB 87, recientemente firmada por el gobernador Nathan Deal.

Como ella, cientos de mujeres de todas las ciudades alrededor de Atlanta –y una nutrida delegación de Dalton, donde el programa 287 (g) ha hecho estragos en la comunidad inmigrante–, se oponen a que se siga separando a sus familias y a que sus hijos nacidos en Estados Unidos sean vistos como ciudadanos de tercera.

La voz de las jóvenes

Pero no cabe duda que uno de los aspectos que vale la pena resaltar del movimiento a favor de los inmigrantes, es ahora el de la participación de los jóvenes, tanto varones como mujeres, han demostrado que tienen la capacidad, el ánimo y la disposición de no dejar pasar por alto esta oportunidad para levantar la voz, y pedir justicia por ellos y por sus familias.

Paulina Bravo, una joven estudiante que está en el país desde que tenía 2 años, fue sin duda una de las figuras de la marcha de las mujeres, quien con su energía y juventud le puso ese toque de frescura a la manifestación.

Dijo que le aterraba la idea de un día llegar a su casa de la escuela y no encontrar a su mamá. “Mi mamá es todo para mí”, dijo mientras la buscaba en la multitud y se asía a ella para abrazarla.

“Estamos aquí porque es el momento de luchar por lo que queremos”, dijo la joven mientras la multitud le aplaudía su coraje.

La marcha de las mujeres fue una de las tantas actividades programadas por la Alianza Latina de Georgia por los Derechos Humanos, GLAHR, para contrarrestar el temor de la comunidad frente a la firma de la HB-87, y que busca seguir insistiendo no solo su demanda ante las cortes, sino por el apoyo a un boicot económico contra el Estado de Georgia.

“El primero de julio día en que entraría esta ley HB 87, recuerden que es el día para no ir a trabajar, ese día no trabajamos y no compramos, y el día 2 de julio venimos a protestar nuevamente frente al capitolio”, dijo Adelina Nicholls a una multitud de mujeres que bajo el ardiente sol, gritaba arengas en contra del odio y del racismo sin fatigarse.


Mujeres vestidas de blanco de todas las edades y nacionalidades dijeron, No al racismo, No al odio, No a la discriminación.

Rafael Navarro

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