Horribles momentos y peor incertidumbre

 Horribles momentos y peor incertidumbre

editorialEstas no solo han sido las elecciones más sucias, reñidas y desprestigiadas de toda la historia de Estados Unidos, también han sido las más estresantes para la población americana y a juzgar por lo que uno ve en los reportes internacionales también para el resto del mundo, donde han mirado con incredulidad algunos y con escepticismo otros, el desarrollo de esta contienda sin argumentos y con exceso de ruido en la primera potencia mundial.

Si algo nos queda claro una vez comenzando a hacer el balance de los daños, es que se han causado heridas profundas en los cimientos de este país, el que hasta hace poco había sido el ejemplo de procesos electorales democráticos en los que, no solo se aceptan las reglas del juego, quienes se someten a ellas y hasta las defendían, sino que hasta eso, esta vez, ha sido puesto en tela de juicio.

El daño que Donald Trump le ha hecho a este país no se puede medir con cifras, ni en las bolsas de valores a nivel mundial que comenzaron a caerse una vez se supo la proyección del triunfo de un maniático ganando la presidencia de este país.

Lo que acaba de ocurrir no tiene precedentes y no solo es lamentable y ha puesto al país en general a sufrir una incertidumbre sin sentido, sino al mismo tiempo una división irremediable en la base social de la nación, una parte porque encontró quien le reavivara sus bajos instintos y sus malquerencias y otra parte porque, como pudo, trató de defenderse en medio de ese marasmo de basura que tuvimos que oír durante todo este año, saliendo por la boca de Donald Trump hoy convertido en presidente.

No cabe la menor duda que los partidos tradicionales están en crisis a nivel mundial, y que el sistema político de Estados Unidos no permite el surgimiento de otros movimientos que tengan las mismas garantías que los dos tradicionales, pero al mismo tiempo, tanto los republicanos como los demócratas deben comenzar a reflexionar sobre su papel en la historia, no tanto por lo que han hecho, como por lo que han dejado de hacer en sus actuaciones.

Sigue siendo una lástima que el partido republicano se haya dejado secuestrar por una base vieja, obsoleta, retrógrada, enferma y maniática que trata de meternos a todos los que no somos blancos en un solo costal y mandarnos al infierno, cuando de lo que se trata en estos tiempos es de aceptar las diferencias y de tratar de estar acorde con lo que ordenan los tiempos.

Los republicanos han decidido seguir las vertientes que quieren seguir oprimiendo a las minorías y en ese proceso, han abierto una zanja que cada vez es más grande entre la sociedad, y eso les ha funcionado, al menos ahora.

Mientras los demócratas en ese espacio que los primeros habían dejado, no se esmeraron por hacer nada, dando por descontado que todos tenemos que correr a sus brazos, heridos por una colectividad que no nos ofrece nada, excepto unos valores manidos y manoseados que ni ellos mismos se creen.

Repuestos apenas de unos resultados que a más de uno terminaron por ponerles los pelos de punta en la víspera, no se avizora sino un largo duelo por parte de fracciones importantes de la población, que se vieron amenazados por el candidato republicano y que ahora pueden sentirse más inseguras frente a su triunfo.

Por lo menos terminaron estas elecciones que han sido poco menos que una vergüenza mundial, y esta que parecía una horrible noche ha dado paso a un nuevo día, cargado de nubarrones y ensombrecido por la victoria de un candidato que no ofrece nada de lo que podamos sentirnos, ni contentos ni seguros, al menos por ahora.

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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