Todavía podemos hacer mucho
Tom Price, el ahora secretario de salud bajo la administración del magnate Donald Trump es uno de ellos. Durante varios períodos como congresista por el distrito 6 de Georgia apoyó cambios en la enmienda 14, en el sentido de que, los niños nacidos en Estados Unidos de padres indocumentados, no pudieran ser ciudadanos americanos por nacimiento y que asumieran la nacionalidad de sus progenitores.
Price como congresista fue uno de los que se opuso a Obamacare, y él en su calidad de médico debió haber tenido otro argumento distinto al político, pero nunca lo mostró, excepto que el negocio de las farmacéuticas en el que, él mismo estaba involucrado podía verse afectado.
Pero este editorial no pretende ser un perfil del ahora funesto secretario de salud, ni más faltaba, porque hay cosas mejores que pueden pasar en el distrito 6 que va desde la ciudad de Brookhaven en el condado de DeKalb y se extiende hasta el condado de Cobb y parte de Fulton, y esas cosas están pasando ahora.
Al dejar Price la silla vacante por irse a servirle a los intereses del nuevo presidente, cuyo primer intento de eliminar Obamacare, ya falló, debió el gobernador Nathan Deal abrir un proceso de elecciones especiales que permitan llenar esa representación, y es aquí donde todo puede pasar, y nosotros esperamos que pase lo mejor.
En la contienda por ese territorio donde se estima que pueda haber alrededor de 20 mil latinos inscritos para votar y al menos 10 mil asiáticos, se vislumbra por primera vez la oportunidad de quitarle a la nueva administración del autoritario Donald Trump, una mayoría casi absoluta en el congreso que ya no le permita tener un legislativo tan arrodillado como ha demostrado ser hasta ahora.
La avalancha de candidatos no se hizo esperar, entre los que hay de todas las especies, por supuesto que algunos serán los que pongan al final la cara y la seriedad a la campaña y se ven desde ya figuras como la de Karen Handel, una figura relativamente fresca en el partido republicano que genera amores y odios entre su colectividad.
Otro que sobresale sin duda, y que ha puesto al partido republicano y a sus grupos de extrema derecha a invertir fuertes cantidades de dinero para difamarlo, es el joven profesional demócrata Jon Ossoff, quien lidera las encuestas con un 41% frente a un 16% de Handel, la mejor ubicada entre los “conservadores”.
Ossoff, no solo es un hombre profesional joven, de ideas frescas, coherente en lo que ha hecho y promete hacer, aterrizado en sus posturas, moderado, incluyente y respetuoso de las diferencias que sabe existen no solo entre sus electores sino en el país que le ha tocado vivir.
Se le ataca por ser joven, pero el partido republicano se niega a ver que algunos de sus “líderes” en Senado y Cámara son ancianos con padecimientos algunos de demencia senil y otros de enfermedades como Alzheimer, no con la misma destreza mental y física de 10, 20 o 30 años atrás, y aun así siguen tratando de marcar la política del país con visiones ostracistas y retrógradas.
Atacan los republicanos extremistas a Ossoff por hacer negocios con una empresa como Al Jazeera que opera legalmente en Estados Unidos y produce contenidos periodísticos de alto valor documental, cuando el propio presidente no ha podido demostrar aún cuáles son sus negocios con Rusia y de dónde proviene el amor que profesa por el dictador comunista Vladimir Putin.
Este es el mejor reflejo para ver la importancia de la candidatura de Ossoff en estos momentos, cuando los republicanos ven amenazada su silla en un distrito tradicionalmente conservador que en las pasadas elecciones estuvo al borde de ganar Hillary Clinton, perdiendo con alrededor de 300 votos.
Ossoff promete ir a Washington a ayudar a construir puentes y no muros, y quienes somos de tradición democrática y pensamientos y acciones moderadas y centradas tenemos la obligación casi incondicional de apoyarlo.
