La circuncisión de Eva
Maria Isabel Pérez
En nuestras comunidades latinas escuchar el caso del marido que le pega a su mujer, no es noticia ni mucho menos que sea una costumbre, incluso muchos aseguran de manera divertida, que si no le pega es porque no la quiere. Y, a su vez, más de uno de nosotros conoce a una mujer que es abusada o victima de la violencia domestica y parece de lo más común.
Pero cuando se trata de figuras públicas o conocidas, la circunstancia cambia y el asunto se vuelve de talla de telenovela y el chisme alimenta el morbo colectivo.
Conocidos son los casos de Rihanna y Chris Brown, Sean Penn y Madonna, Mel Gibson y Oksana Grigorieva, Nicolas cage y su esposa, solo para mencionar algunos en los cuales cada uno de ellos (los hombres) se lucieron por sus comportamientos nada galantes o caballeros.
O el caso más reciente del director de la selección Colombia, Hernán “bolillo” Gómez, quien agrediera de igual manera a una mujer y por lo que se ha creado toda una polémica en su país.
Pero la cosa no para allí. Igualmente contamos los casos en los que figuras de la vida pública se vieron envueltos en bochornosos escándalos como el ex gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, quien renunció a su cargo en el 2008 luego que se le descubriera su relación con una chica perteneciente a un anillo de prostitución, o del penoso incidente en el cual Anthony Winer, ex legislador federal demócrata tuvo que dejar su asiento luego que subiera fotos suyas semidesnudo en el internet y las enviara a varias mujeres que lo denunciaron.
Ni que decir del mismo ex director del Fondo Monetario Internacional, el francés Dominique Strauss -Khann quien aun no sale de su lio con una africana que lo acusa de abuso sexual mientras estaba en un hotel de Nueva York y por el cual tuvo que dejar el organismo económico.
Lo anterior solo para comentar algunos de los más sonados hechos de violencia o abuso sexual que en los últimos tiempos nos pusieron a “chismosear” “ventanear” o como quiera llamarle, con la complicidad por su supuesto de los medios de comunicación y en especial de los amarillistas y sensacionalistas.
Porque, sin duda estos hechos incrementan la audiencia y por ende traen dividendos en materia publicitaria. En cada oportunidad, los programas de televisión o de radio, los blogs, la prensa, los comentaron en su momento e invitaron a expertos del tema, realizaron foros y dieron la solución y recomendaciones, al fin y al cabo de trataba de damas occidentales a quienes se les protege sus derechos y su dignidad de género.
Pero pensará usted. ¿Qué tiene que ver todo esto con el titulo que encabeza el escrito? Lastimosamente Eva (nombre supuesto) es una niña de cinco años, que nada conoce de lo que pasa más allá de su entorno, debido a que su cultura y religión, le deciden desde su tierna inocencia el futuro de su género.
Ni aun cuando alcance la mayoría de edad tendrá noticia de que mujeres al otro lado del océano, pero tan igual a ella, pelean por una igualdad y por el respeto a sus derechos, y gozan de garantías sociales, ganadas eso sí, con una larga historia de sudor y lagrimas.
Pero Eva no tiene esperanza, y es que ni siquiera sabe de qué se trata. A ella, le espera la llamada circuncisión femenina o para llamarlo de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la mutilación genital femenina, (MGF), suena doloroso, no es así? Pero esa es la dura realidad que al igual que Eva, sufren entre 100 y 140 millones de mujeres y niñas en África, especialmente, pero también en Asia, Medio Oriente, y hasta en América. En mi opinión, una muestra de las aberrante violencia contra la niñez y la mujer.
De acuerdo a la OMS, se trata de cualquier procedimiento intencional y no médico que busca alterar los órganos genitales femeninos, esto es la resección parcial o total del clítoris; o de este y los labios menores; la infibulación o sello de la vagina; o en otros casos cauterización de la misma. Prácticas que son ejecutadas por curanderos o circundadores de las comunidades sin ninguna preparación medica, obedeciendo a la tradición y cultos religiosos en la búsqueda de conservar la “pureza” de la niña o mujer. Usted saque sus conclusiones.