Vidas transformadas

Por: Rafael Navarro-ENG

Hortencia Blansie baja por las escaleras con varios trofeos y una medalla que dan cuenta de sus logros como entrenadora de niños y jóvenes con capacidades especiales, y entre ellas, resalta con orgullo los campeonatos que ha ganado entre 2017 y 2018 con sus niñas del equipo de baloncesto.

“En 2018 no perdimos ni un partido y quedamos en primer lugar” dice.

Más adelante advierte que en 2018 fue por primera vez a unas olimpiadas estatales como entrenadora de un equipo juvenil de basquetbolistas de 13 a 37 años y ahí quedaron de subcampeones.

“Esta fue la medalla que me dieron a mí como entrenadora”, dice señalando una cinta roja de la que pende una presea dorada que Hortensia muestra con visible orgullo.

Una historia de servicio

Helmut Levy es un exnadador olímpico, quien por los últimos 30 años ha entrenado a niños y jóvenes con necesidades especiales, su historia se remonta a su hogar, donde como él mismo dice, nacieron dos mellizas con Síndrome de Down.

Tras haber participado en los Juegos Olímpicos de Montreal en 1978 y Moscú en 1980, Levy tomó la decisión de entrenar niños especiales en honor a dos de sus hermanas.

“Mi hermana Arleth quien falleció a los tres años y mi hermana Erika, quien falleció recientemente hace 2 años”, dice Levy.

A Helmut como a Hortencia, los une una historia en común, que les ha permitido ver oportunidades nuevas, donde otros pueden haber visto dificultades.

En el caso de Hortensia, su hijo Javier quien acaba de cumplir 14 años, tiene una enfermedad rara, como ella misma señala.

“Él tiene un síndrome raro que muy pocos niños lo tienen, se llama Bannayan Riley Ruvalcaba Syndrome cuya primera característica es el autismo que él lo tiene muy marcado”, dice Hortencia Blansie, su madre.

Blansie dice que, el principal problema de esta condición está en los músculos.

“Los tiene muy frágiles, no tiene muy fuertes los músculos”, señala.

Sin embargo, en los últimos años desde que comenzó en firme con la natación, su condición ha ido cambiando, tanto que pasó de solo caminar a correr pequeños tramos.

Empezar de nuevo

A pesar de que, existe todavía una gran brecha que separa a las personas con alguna discapacidad con el resto de la población, Levy dice que a través del trabajo que lleva a cabo busca precisamente llenar de alguna manera ese vacío, por lo que coloca todo el empeño en que, sus entrenados, rindan como cualquier otro deportista.

Ese trabajo, le ha permitido estar en varias olimpiadas a nivel internacional, como en los últimos años en Canadá y Corea y en el año 2020 se prepara para estar en los juegos Paraolímpicos de Tokio, Japón.

Así mismo, en el mes de marzo próximo, llevará a cabo su segundo Campeonato de Natación, Erika Levy, en Norcross, evento al que quiere darle toda la trascendencia del caso.

Mientras tanto, Hortencia se prepara para las Olimpiadas de Niños Especiales de Georgia este mismo mes de enero, donde espera traerse esta vez la medalla de oro con sus chicos del equipo de baloncesto.

“Todo esto es un trabajo voluntario”, dice Blansie.

En una comunidad donde los niños con necesidades especiales sufren todavía de muchas carencias, primordialmente afectivas, Hortensia y Helmut trabajan para que los padres y las familias en general hagan la diferencia entre los suyos.

“Yo le digo a las familias que no tengan pena de sacar a sus hijos…la gente tiene que saber que no todos los niños son iguales…tiene que saber que algunos son diferentes”, dice Hortencia.

Y aunque algo la haya sorprendido hace 14 años, lo de esta madre, ahora ya no es una opción, es su nueva realidad, en la que busca todos los días nuevas opciones para seguir adelante, no solo por el bien de su hijo, sino por el de muchos otros que quizá no tienen el apoyo suficiente de sus familias o cuidadores.

“Ahora quiero ser instructora de natación…quiero ayudar a otras familias a que aprendan la importancia de la natación en el desarrollo de sus hijos y yo quiero compartir esa experiencia con ellos”

Mientras tanto para Helmut, cada brazada sobre las aguas que le da impulso a uno de sus alumnos es un nuevo aliciente en lo que ha decidido hacer, por el bienestar y desarrollo de sus alumnos, pero también, de sentirse él mismo mejor con la vida que le ha dado tantas oportunidades.