“La canción de protesta, termina siendo una canción de amor”

 “La canción de protesta, termina siendo una canción de amor”

Por: Rafael Navarro-ENG

Lo que menos parece interesarle a Gabino Palomares –el hombre que le ha cantado al amor y a la patria por los últimos 45 años–, es hablar de él mismo, por eso cuando le pregunto se limita a hablar del tiempo en forma general y a su “dedicación completamente a este asunto de la canción”

“Nací en San Luis Potosí donde pasé una buena cantidad de años y hace 40 que estoy en la Ciudad de México, con una plataforma para estar en todo el país y en toda América Latina, con esta canción, que a lo mejor para muchos puede sonar como rara, específicamente por la temática”.

Ese amor que se canta

Palomares dice que su padre era un indígena Otomí que hablaba su propio dialecto, pero un día dejó de hacerlo porque le daba vergüenza, ya que, según sus propias palabras, “ser indígena en México no es una buena recomendación”

La referencia la hizo, aludiendo al momento que se vive especialmente en Estados Unidos, lo que el cantautor define como una doctrina de odio.

“Todo este racismo y todas estas doctrinas de odio deben ser eliminadas de la tierra, porque esas doctrinas de odio ya en una época de la historia de la humanidad, en Alemania con un loco le causó muchas penalidades a la humanad”, dijo el artista.

Reconoció que las canciones que se escuchan hoy por la radio, por la televisión por las redes sociales, es un tipo de canción que habla de un monotema que es el amor.

“Muchas veces el enfoque que se le da al amor, no puede ser amor. No puede ser amor el que, si tú me dejas ya no vales nada…esta temática ciertamente es importante, pero los seres humanos no todo el tiempo estamos en este problema amoroso…”, nos dijo Palomares.

“Los seres humanos vamos al trabajo, tenemos hijos, vamos por la calle, tenemos problemas, tenemos ambiciones, tenemos sueños, tenemos amores, pero no solo a la pareja, tenemos amores a los seres humanos, a la naturaleza y toda esta gran cantidad de temas que somos todos…”

El paisaje humano

“Yo me dedico básicamente a más que ver el paisaje natural o el paisaje de las ciudades me dedico a ver el paisaje humano”, dice Palomares cuando nos habla de las intenciones explicitas de sus composiciones que llegan a más de 100 y que ha recopilado en un libro que tituló, Cien canciones de amor y patria.

“Yo creo que los seres humanos tenemos un mundo interior que es esta parte espiritual, pero también tenemos un mundo exterior en donde un sistema político no permite que nosotros nos desarrollemos plenamente como seres humanos”, razona el artista, quien afirma además que sus letras miran al hombre hacia adentro y hacia afuera.

“La canción de protesta, termina siendo una canción de amor”, dice. 

“Porque, es amor a la gente. Una canción que habla de los que se oponen al amor, de los que no permitan que el amor florezca en este mundo…un sistema que niega los derechos humanos, que niega a los seres y a la naturaleza; que niega esos dos cimientos del sistema capitalista, destruye la naturaleza y destruye los derechos humanos”, afirma.

Palomares, quien cantó en Atlanta para un exclusivo público a instancias de la Alianza Latina de Georgia por los Derechos Humanos, criticó las políticas segregacionistas del actual gobierno de Estados Unidos y deploró las condiciones desventajosas en que se quiere tener a la comunidad inmigrante latina.

Dijo que los grandes conflictos de la humanidad como la segunda guerra mundial empezaron así, “despreciando a los mexicanos, despreciando a los asiáticos, despreciando a los latinos en general, despreciando a los negros”.

“Esto de catalogar a las personas por el color de su piel, me parece una estupidez” concluyó.

Toda una vida

Gabino Palomares Gómez, estudió ingeniería química en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. En 1972, presenta su primer espectáculo: “Poemas y Canciones” y triunfa en los Festivales de la canción universitaria de 1972 y 1973.

En 1975, se traslada a la Ciudad de México y comienza a cantar en peñas, bares, universidades, colonias populares, plazas públicas, sindicatos y pequeños teatros. Destacan sus presentaciones en La peña Tecuicanime y El mesón de la guitarra.

 Aquí conoce a la cantante sinaloense Amparo Ochoa y al cantautor Salvador “Chava” Flores, con quienes entabla una profunda amistad. ​ A lo largo de su carrera, Amparo Ochoa grabó e interpretó varias canciones de Gabino Palomares, entre ellas “La maldición de Malinche” y “¿Quién tiene la voz?”. 

Por su parte, Gabino Palomares ha grabado e interpretado muchas de las canciones de Salvador “Chava” Flores, algunas de ellas contenidas en el álbum Gabino Palomares interpreta a Chava Flores (2010).

En poco tiempo, Gabino Palomares se consolida como uno de los máximos exponentes del Canto Nuevo​ y comienza una importante carrera internacional. 

En 1978, aparece su primer LP, La maldición de Malinche, en el cual se incluyen tres de sus canciones más representativas: “La maldición de Malinche”, “A la patria” y “La letanía de los poderosos”. En palabras de la musicóloga Jan Fairley, “La maldición de Malinche” es “una de las canciones más importantes de América Latina” ​

Rafael Navarro

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