¿Por que no tengo control en mi vida?

 ¿Por que no tengo control en mi vida?

Por: Stela Figueroa, especial para El Nuevo Georgia

A menudo basamos nuestra seguridad en lo bien controlado que tenemos todo a nuestro alrededor.  Nos gusta sentirnos estables, teniendo todo en control.  Esto nos da un sentido de importancia, éxito, y nos permite disfrutar de la vida a su plenitud.

Lamentablemente no siempre podemos controlar nuestras circunstancias.  Es cuando viene el sentido de impotencia, nuestra autoestima decae y podemos ser arrastrados a una gran crisis o a la misma depresión.  

En un estado así es casi imposible encontrar una salida o solución a nuestro problema.  A nuestro entender, no hay solución adecuada.  Todo es muy difícil, oscuro y fuera de nuestro alcance.

Afortunadamente todo en la vida tiene un por qué.  No existen casualidades.  Dios en su Palabra nos dice: “No con ejército ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” Zac.4:6

Dios desea que sus hijos descansen y depositen todas sus preocupaciones en El.  Nos ha enviado el espíritu de Su Hijo para poder asistirnos en esta tarea.  Cuando dejamos TODO en Sus manos, encontramos la paz que tanto añoramos.

Dios es Creador, Salvador y Libertador del que padece y del que está cautivo o preso en desesperación.  Ninguna fuerza humana por muy ágil, educada o prestigiosa puede resolver los problemas permanentemente.  Y esto es precisamente lo que buscamos.  No una solución pasajera, placentera; sino duradera y que brinde gloria a nuestro Creador.

No obstante, esto no implica sentarnos a esperar que nuestro Dios resuelva nuestra situación.  No es pasividad, es confianza, es buscar dirección y esperar el momento preciso para actuar y hacerlo a Su manera.  Si la confianza está en nosotros, y no en El, podemos estar seguros de que pasarán dos cosas: vendrán más problemas a nuestra vida, o nunca tendremos la solución adecuada.  

La meta de Jesús en nuestra vida es de traernos libertad, pero libertad verdadera y duradera.  El nos dejó un modelo perfecto a seguir.  Su sumisión fue total y Su Padre lo glorificó en los cielos.  Su reino no fue ganado con espada, sino con fe y obediencia.

Además de esto, tenemos a nuestra disposición un ejército de ángeles guerreros, lo que la Biblia llama carros de fuego (2R.6:17) o legiones de ángeles (Mt.26:53)

Resumiendo, nuestra seguridad no se basa en lo bien controlado que tenemos todo, sino que “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”.  Fil4:19

© RENACER

Rafael Navarro

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