Viudo y con dos niños, el drama tras los tiroteos de Atlanta

Mario González nunca imaginó que la visita al salón de masajes Young’s Asian Massage Parlor de Ackworth, acabaría con la vida de su esposa, Delaina Ashley Yaun, una de las 8 víctimas de los tiroteos ocurridos el martes anterior en esta localidad y en Atlanta.

El lunes la pareja decidió compartir un servicio de masajes en el mencionado lugar. La cita de una hora de masajes cada uno la tuvieron el martes por la tarde. Al llegar su esposa sugirió que tomarán cuartos separados, lo que irónicamente según González, le habría salvado la vida.

Asegura que estaba a punto de terminar su masaje cuando escuchó muy de cerca dos disparos e instantes después uno más lejos. De inmediato pensó en su esposa y si estaba bien. A pesar de ello decidió quedarse quieto y esperar. Todo pasó muy rápido. Cuando la masajista que estaba con él salió a ver qué pasaba, decidió cerrar la puerta y permanecer en su sitio.

Recordando el desarrollo de los hechos, señaló que “creo que el sujeto vino a lo que fue, porque realizó sus disparos y se escapó, es lo que creo. Todo pasó como en 15 minutos.”

Momentos después, dice que escuchó un policía que se acercaba y le pedía que saliera con las manos en alto a lo cual obedeció. Una vez afuera intentó preguntar por la suerte de su esposa, pero los oficiales no le decían nada.

“Un policía me puso unas esposas, me ignoraron, se portaron mal conmigo, tal vez porque soy mexicano. No sé si hacían su trabajo, pero a los 20 minutos de estar afuera me metieron en una patrulla”, declaró González.

Indicó que entregó información sobre su identidad y dirección, pero seguía sin saber el destino de su mujer. Finalmente, un oficial se le acercó para darle la mala noticia del fallecimiento de su esposa. Ella era una de las dos víctimas que murió en el lugar.

Según González, aun cuando le ofrecieron sus condolencias, el hecho de cómo lo trataron durante esos terribles momentos lo hizo sentir muy triste.

“Después de informarme sobre la suerte de mi esposa me dijeron que me podía ir y que si me sentía mal podía ir al hospital”, aseguró González.

Sobre su opinión respecto Robert Aaron Long, responsable de estos sangrientos hechos, expresó su resentimiento y exige a las autoridades que cumplan con su deber y no lo dejen salir, “ese hombre no merece vivir, acabó con muchas vidas” puntualizó.

Por su parte la madre de Delaina, Margaret Rushing, en declaraciones a Univision 34 Atlanta, destacó las cualidades humanas de su hija y dijo que “ella quería un día para ella y su esposo, pasar un poco de tiempo juntos, todo lo que querían eran sus masajes”.

Mario González, natural de Veracruz, México, queda viudo con una bebé de 8 meses y un adolescente de 13 años. Lo que pide ahora es justicia para su esposa, “Pido justicia para mi esposa, para los niños e igualmente justicia para las familias de las otras víctimas”.

Añadió que es muy triste que su mujer de 33 años pierda la vida de un momento a otro, tan joven. Dice que va a necesitar mucha ayuda con sus hijos.  Ahora también le toca pensar cómo va a asumir los gastos funerales ya que fue voluntad de Delaina que no fuera cremada sino sepultada.

De otro lado, Elcias Hernández Ortiz, de 30 años, el hispano que resultó herido en los mismos hechos sigue en criticas condiciones, pero estable. Según su esposa, Flor Hernández, la bala que recibió en la frente, le pasó por la cara, un pulmón y llegó al intestino, pero no han podido extraerla.

Hernández Ortiz, era cliente de una tienda aledaña al salón de masajes y según sus familiares un disparo lo alcanzó en momento en que pasaba enfrente del local. A pesar de sus heridas alcanzó a llamar a su esposa para decirle que le habían disparado y que fuera por él.