Nuevos votantes podrían definir las elecciones intermedias

Por: María Isabel Pérez

Estamos a las puertas de otros comicios en un ambiente político dividido, en donde los demócratas están tratando de hacer todo lo posible por mantener la mayoría de las posiciones ganadas en las pasadas elecciones, mientras que los republicanos pujan por recuperar el espacio perdido. 

Como están las cosas, todo está por verse. Nada es predecible y cualquier cosa puede suceder. Para algunos comentaristas políticos, hoy se vive un panorama diferente al que se vivió a comienzo del año, donde los republicanos parecían estar ganando terreno.

De hecho, los temas más tratados en las noticias tuvieron que ver con la inflación, el incremento de hechos violentos, el eterno tema de la inmigración y la agenda legislativa de Biden que no iba por buen camino. Lo anterior, hizo suponer que los demócratas tenían que ajustar sus estrategias porque sentían el paso fuerte de los republicanos dispuestos a desalojarlos del poder.

Aunque con el paso de los meses otros tópicos se han tomado la arena política y han dado cierto respiro a la banda demócrata. Ahora, las investigaciones sobre la toma al capitolio el 6 de enero, la violencia de las armas, el cambio climático, el derecho al voto, y al aborto, han sido el combustible que ha atizado de nuevo el fuego demócrata que resurge con más calor, pero que no le garantiza su estabilidad con miras a los comicios de noviembre.

Ni que decir del escándalo de los documentos oficiales, algunos ellos de sensible seguridad, decomisados en la residencia Mar A Lago, del exmandatario Donald Trump. Tal suceso, como quiera afecta su círculo que ha tratado de defenderlo asegurando que se trata de una persecución política y es utilizada para mover la base de votantes a su alrededor.

Los índices de descontento frente a la gestión del presidente Joe Biden, son el mayor tropiezo que tienen los demócratas, pero la Casa Blanca está intentando redimirse con planes y programas que convenzan al electorado de elegir a los representantes del congreso y gobernadores que sean de su partido. 

La iniciativa de pagar la deuda estudiantil de miles de estudiantes, la lucha contra la inflación y la protección de derechos fundamentales le ha dado oxígeno a la Casa Blanca revitalizado al partido., pero no es claro si será suficiente para mantener la estabilidad en el Congreso. Sin contar que solo hasta hace poco, el partido demócrata logró atraer a los miembros más conservadores de su partido.

En el plano local, Georgia, que por tradición ha sido un estado republicano, se debate entre el mandatario Brian Kemp, cuya gestión económica es aplaudida por los entendidos; y Stacey Abrams, una creciente estrella demócrata que estuvo a punto de ganarle en los comicios de 2018. Por ser el estado que dio el triunfo al presidente Biden y tranquilidad de mayoría en la Cámara y el Senado, los ojos de la nación siguen de cerca su acontecer político.

Hay que destacar que las organizaciones locales de defensa del voto, organizaciones proinmigrantes, las organizaciones comunitarias, todas ellas han jugado un papel importante en los últimos esfuerzos por registrar a nuevos votantes.

En los últimos datos se han revelado que 96 mil nuevos ciudadanos estarían aptos para votar y su participación sería decisiva en las próximas elecciones. Las predicciones señalan que de acudir a las urnas este grupo de nuevos estadounidenses podrían decidir las elecciones y rediseñar el mapa político de Georgia. 

La pregunta es. ¿Por qué partido se decidirá la mayoría? La respuesta no es clara. 

Aún faltan algunas semanas. Pero lo que sí es seguro es que ni republicanos ni demócratas pueden en estos momentos declarar que tienen la victoria, porque la división política está más visible que nunca.