Por qué ningún partido habla nuestro lenguaje

 Por qué ningún partido habla nuestro lenguaje

Por Jorge Ramos Avalos

Publicado en la Revista TIME (marzo 5, 2012)

Nadie puede culpar a los latinos por sentirse solos o por sentir que viven en una nación dentro de otra. Tanto el partido Demócrata como el Republicano han fracasado en su intento de entender y conectar con nosotros. Hay 12 millones de votantes hispanos en busca de un candidato que los represente pero, hasta el momento, no lo han encontrado.

El presidente Barack Obama rompió una importante y simbólica promesa de campaña. Y parece que los Republicanos están haciendo un esfuerzo extraordinario para perder el voto hispano.

Si los Republicanos no pueden conseguir al menos el 33 por ciento del voto hispano, no van a recuperar la presidencia. Desde Ronald Reagan, todos los candidatos Republicanos que obtuvieron más de la tercera parte del voto latino ganaron su elección. Y todas las encuestas sugieren que Mitt Romney, Rick Santorum o Newt Gingrich no se podrían acerca a esas cifras para noviembre.

Los Republicanos están en camino de perder las elecciones presidenciales porque han rechazado todas las propuestas razonables para resolver el problema de la inmigración indocumentada. Por primera vez en una generación, los Republicanos tendrán a un candidato presidencial que no apoya un camino a la ciudadanía para los indocumentados.

Reagan, Bush, padre e hijo, y McCain apoyaron un plan de legalización. Pero el rechazo actual de los Republicanos a una reforma migratoria y a siquiera considerar el Dream Act para estudiantes es la fórmula perfecta para perder al grupo de votantes de más rápido crecimiento en Estados Unidos.

A pesar de lo anterior, el tema migratorio no es el más importante para los latinos, según las encuestas. Están más preocupados por conseguir un buen trabajo, escuelas para sus hijos y tener acceso a doctores y hospitales. Pero sí hay que reconocer que el asunto de los inmigrantes indocumentados es muy, muy personal para nosotros. Es un símbolo.

Si tú atacas a los indocumentados, nos estás atacando a todos. Ellos son nuestros vecinos y compañeros de trabajo, sus hijos van a la escuela con nuestros hijos y pelean en las guerras por nosotros, toman los trabajos que nadie más quiere, pagan impuestos y, en general, hacen de Estados Unidos un mejor país.

Pero empecemos por lo básico. Por principio no les llamen “ilegales”. Ningún ser humano es “ilegal” y hacerlo demuestra mucha hipocresía y una doble moral. Nadie le llama “ilegales” a las compañías norteamericanas que contratan a indocumentados. Las palabras importan. Hay que cuidarlas.

Segundo, nadie se cree los discursos de los Republicanos de que hay que asegurar aún más la frontera con México. El número de indocumentados ha bajado de 12 millones a 11 millones según el Pew Hispanic Center. Las ciudades a lo largo de la frontera con México son algunas de las más seguras de toda la nación. Y la idea de un muro es absurda. ¿Para qué quieren muros tan altos cuando cuatro de cada 10 indocumentados llegan por avión, con una visa, y luego se queda?

Tercero. Si su plan es hacer de los Estados Unidos un lugar tan represivo y tan poco hospitalario para los inmigrantes –como las nuevas leyes antiinmigrantes han hecho de Alabama y Arizona- olvídense del voto latino.

Los Republicanos están desaprovechando una oportunidad histórica para recuperar el voto de los hispanos. Los latinos están muy desilusionados con el presidente Barack Obama porque él rompió una importante promesa de campaña. “Lo que sí puedo garantizar es que tendremos en el primer año una propuesta migratoria que yo pueda apoyar con fuerza”, me dijo en una entrevista en Denver el 28 de mayo del 2008. Pero rompió su promesa. Los latinos le llaman “La promesa de Obama”. No cumplió su palabra.

Además de eso, el gobierno de Barack Obama es responsable por la separación de miles de familias hispanas cuyos hijos son ciudadanos de Estados Unidos. Obama ha deportado a más inmigrantes –más de 1.2 millones- que cualquier otro presidente en la historia. Y aunque últimamente sus políticas migratorias se han concentrado en deportar a criminales, su programa de Comunidades Seguras ha afectado negativamente a muchos trabajadores inocentes que no han cometido ningún crimen.

“Los latinos”, decía Ronald Reagan, “son Republicanos pero todavía no lo saben”. De hecho los latinos comparten con los Republicanos muchas cosas: se oponen al aborto, desconfían de los gobiernos que abusan de su poder y tienen valores familiares y religiosos muy tradicionales.

Los Republicanos podría haber usado estas similitudes con los latinos –y atacar la contradictoria política migratoria de Barack Obama- para crear una nueva alianza con los hispanos. Pero no lo hicieron. Echaron todo a perder.

Los latinos no tienen la representación política que se merecen. Deberíamos tener al menos 15 senadores pero solo tenemos dos. Somos 50 millones y seguimos creciendo. Y muy pronto tendremos a nuestro propio presidente. El primer presidente hispano.

Mientras tanto, los latinos tenemos la difícil decisión de tener que votar por un presidente que rompió una importante promesa o por un candidato Republicano que no nos entiende ni respeta. No se suponía que fuera así; el 2012 iba a ser el año de la esperanza hispana.

Twitter @ jorgeramosnews

Jorge Ramos

Jorge Gilberto Ramos Ávalos, es un periodista y autor mexicoamericano. Considerado como el presentador de noticias en español más conocido en los Estados Unidos, se le conoce como "El Walter Cronkite de América Latina".

Related post