Huyendo de la violencia en su país, encontró la muerte cuando amaba la vida

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Por: Rafael Navarro- ENG

El pasado 17 de enero caía una llovizna ligera sobre la ciudad y como de costumbre en horas de la tarde entré al local de JG Cargo sobre la Jimmy Carter, en Norcross a dejar unos ejemplares de El Nuevo Georgia, donde era costumbre que Rodrigo estuviera con una sonrisa en su rostro. Le hice un comentario sobre la ampliación del lugar y me dijo que era para atender mejor a sus clientes.

Nos despedimos como siempre; cerré la puerta y salí. Era la última vez que lo vería con vida. Lo había visto en los festivales colombianos y nos tropezamos alguna vez en un centro comercial, era de esas personas que no tienes que tratar todos los días para saber que te reconocen donde alcancen a verte.

Rodrigo junto con su familia había llegado de Medellín Colombia una ciudad en esos tiempos plagada de violencia por todos los rincones, aquí, quienes lo conocieron, como Maria Manzour lo describen como “un gran ser humano, echado para adelante, servicial, buen hijo hermano, amigo y tío”

La ruta equivocada

El sábado 26 de enero Rodrigo y tres amigos más planearon ir a patinar en las horas de la noche, pero antes debían pasar por una amiga, sin embargo el destino les jugó una mala pasada, el GPS los condujo hasta la casa marcada con el número 537 de la Hillcrest Road, en Lilburn, donde se detuvieron por un momento.

Quienes acompañaban a Díaz, dicen que un hombre se asomó primero por la ventana y luego salió e hizo un disparo al aire, pero cuando el conductor de 23 años, aceleró el carro para salir de la propiedad porque vio sus vidas en peligro, el dueño de la casa disparó de nuevo y esta vez le alcanzó la parte izquierda de su cabeza.

A las 10:12 pm, cuando la policía de Lilburn atendió el llamado del dueño de la propiedad, encontraron en la escena a un joven inconsciente y literalmente bañado en sangre y a sus amigos en shock, pidiendo ayuda.

“Él disparó primero y luego preguntó quién, quién está allí”, dijo Jason Jiménez, uno de los chicos que acompañaban a Díaz.

El joven herido fue trasladado al Centro Médico de Gwinnett, donde los médicos no dieron muchas esperanzas de vida a sus familiares una vez evaluaron el daño que la bala le había causado en su cráneo tocando órganos vitales.

De acuerdo al parte médico oficial Rodrigo fue declarado muerto a las 6:08 am del domingo en medio del dolor y la angustia de sus parientes. La bala que Phillip Walker Sailors de 69 años, veterano de la guerra de Vietnam y misionero laico en América Latina le había disparado, “le causó graves daños a la cerebro y los huesos del cráneo”

Dispara y luego…

Phillip Walker Sailors, fue acusado formalmente de asesinato malicioso el domingo a las 10:39 am, según consta en el reporte policial, y a las 12:22pm, fue ingresado a la cárcel del condado de Gwinnett sin derecho a fianza.

“En este punto hemos establecido una causa probable para cargar el Sr. Sailors y cuando la investigación esté completa, se entregará el expediente a la Oficina del Fiscal del Condado de Gwinnett para su procesamiento”, dijo el jefe de policía de Lilburn Bruce Hedley.

La iglesia donde se congrega Sailors ha expedido un comunicado donde habla de su nobleza y vocación de servicio, mientras tanto la familia de Díaz, devastada por la tragedia, en un acto de amor en medio del dolor, decidió donar los órganos del joven para ser trasplantados en otras personas que los requirieran.

“Solo espero que la gente piense antes de disparar, esto no puede repetirse” dijo a la televisión local Rodrigo Díaz Sr, padre de la víctima.

EN MEMORIA DE RODRIGO A. DÍAZ ORTIZ
Mayo 1990- Enero 2013

Rodrigo fue un ángel en la tierra que llegó a nuestra familia y transformó nuestros corazones.

Llegó para hacernos mucho mejores, para enseñarnos a evolucionar, para enseñarnos a amar.

Aprendimos de su alegría, de su inocencia, y de su ternura infinita el significado del amor.
Damos gracias a Dios por cada uno de los días, minutos y segundos compartidos.
Hoy lo entregamos a Dios con la profunda esperanza de reencontrarnos algún día en un mundo mejor, libre de dolor.

Les damos las infinitas gracias por el cariño que le brindaron a Rodrigo y ahora por acompañarnos con sus oraciones y su apoyo.
Las necesitamos para aceptar que nuestro ángel ya está en el cielo y para recordar que el amor todo lo puede, todo lo sana, todo lo perdona.

Con inmensa gratitud,

Familia Díaz,
Atlanta, Enero 31 de 2013

NOTA:
En memoria de Rodrigo se ofrecerá un Servicio el día 31 de enero a las 8:00 pm la Iglesia,
La Misión Católica Nuestra Señora de Las Américas
4603 Lawrenceville Hwy
Lilburn, GA 30047

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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