Cosechamos lo que sembramos

 Cosechamos lo que sembramos

Eduardo SilvaEs lógico que si sembramos trigo, cosechamos trigo; nadie esperaría sembrar trigo y cosechar naranjas, ¿cierto?

Cuando hablamos en estos términos la respuesta es obvia, siempre vamos cosechar lo mismo que hemos sembrado, pero lamentablemente cuando aplicamos esta ley a nuestra vida diaria, vemos que mucha gente, siembra una cosa y espera cosechar otra totalmente diferente.

Por ejemplo, una persona que nunca hace ejercicio, espera llegar a viejo y estar sano y en buena condición física. Otro ejemplo pudiera ser una persona que nunca ahorra nada, y que al llegar su edad de retiro, o cuando sus fuerzas ya no le permiten trabajar más, esperar que va a tener dinero suficiente para su vejez.

Podríamos mencionar muchos ejemplos en donde vemos con claridad que la gente siembra una cosa esperando ilusamente cosechar algo totalmente diferente. Pero no podemos engañar las leyes que rigen nuestro mundo y nuestra sociedad.

Otro aspecto interesante es que siempre estamos sembrando algo sea bueno o sea malo, lo reconozcamos o no.

Un ejemplo sencillo al respecto lo vemos con los hijos. Resulta que un padre o madre puede estar sembrando buena semilla en la vida de sus hijos, cuando les anima y les alienta, diciéndoles cosas como “tu puedes”, “eres un campeón”, “felicidades por haberte esforzado, la proxima vez seguramente lo vas a lograr”, etc.

Pero si por el contrario le decimos a nuestros hijos cosas como “haste a un lado, no sabes cómo hacerlo”, “otra vez te equivocaste”, “siempre vas mal en la escuela”. Bueno en este caso estamos sembrando mala semilla en sus vidas, y lo más triste del asunto, es que en su tiempo, irremediablemente va a dar fruto, y ten por seguro que no va a ser un buen fruto.

Así que, nos demos cuenta o no, lo admitamos o no, CONSTANTEMENTE ESTAMOS SEMBRANDO SEMILLAS BUENAS O MALAS. Ya que aun si vemos el caso de unos padres indiferentes ante lo que acontece en la vida de sus hijos, el mensaje (semilla) que están enviando es “no me importa”, y muy probablemente el mensaje (semilla) que los hijos reciben es “mis padres no me quieren”.

En resumen, tenemos dos situaciones, las semillas que sembramos en las vidas de otras personas como nuestros hijos; y las semillas que sembramos en nuestra propia vida que van a determinar lo que vamos a cosechar en el futuro, sea bueno o malo.

La Biblia también menciona lo siguiente en Gálatas 6:7b dice “todo lo que el hombre siembre, eso también segará”. Y en 2 Corintios 9:6b El que siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente, abundantemente también segará.

Todas estas referencias sirven para darnos cuenta de que cada cosa que hagamos, o dejemos de hacer tienen un efecto real, y si las aprovechamos a nuestro favor, pueden transformar los resultados en todas las áreas de nuestras vidas, y la de los que nos rodean; especialmente la de nuestros hijos.

Deseándote éxito en la vida,
Eduardo Silva
www.EduardoSilva.biz

Eduardo Silva

Eduardo Silva, originario de México, es ingeniero en electrónica egresado de la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, de la Universidad Autónoma de Nuevo León (FIME, UANL). Columnista de temas de tecnología y superación personal, quien escribió temas diversos para El Nuevo Georgia de Enero 5, 2011 a Agosto 28, 2014.

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