Premio Nobel de la paz… ¿Un acto de provocación?

“Toda la armonía total de este mundo está formada por discordancias”
Seneca.

El más prestigioso de los premio nobel se ha convertido en los últimos años en tema de debate y critica por cuanto sus depositarios han sido influyentes personajes cuyas acciones o liderazgo generan enemigos y controversia, aunque vale la pena aclarar que muchos de ellos quizás nunca pensaron en obtenerlo como en el caso de Liu Xiaobo, ganador de este ano y quien es plana de los principales diarios y protagonista de una dura reacción de parte del gobierno de su país.

Liu Xiaobo cumple una pena de once años por ser uno de los símbolos de la oposición al régimen de Pekín y desde su centro de reclusión quizás no tiene ni idea de lo que ha provocado tal otorgamiento, el cual ha sido calificado por el gobierno comunista de China como una blasfemia. Más aun, a mi modo de ver las cosas, Xiaobo no es consciente de que quizás su nombre y su lucha es protagonista y lleva en sí un significado mas allá de lo que el mismo hubiera pensado.

Y es que haber sido seleccionado como ganador del premio nobel de paz, lleva un mensaje claro a China desde occidente, por cuanto surge como una víctima, como un caudillo a favor del cambio de política en su país, donde el partido comunista ha sido implacable contra quienes se oponen a su régimen.

En momentos en que China surge como una superpotencia en el plano también económico, siendo el máximo exportador desde el 2009, y una amenaza para occidente en todos los sentidos, un premio de esta naturaleza para un líder de la oposición, no le cae mal a los intereses de las potencias occidentales que ven este hecho como positivo para crear mala prensa al gobierno chino.

No puedo afirmar con toda certeza que el otorgamiento al preso profesor universitario de China haya sido calculo de parte de quienes pretenden neutralizar el efecto chino, pero si refleja la posición de los países occidentales que lideran la democratización de las naciones en el mundo.

Sea Liu Xiaobo o no una víctima o instrumento para los reales intereses de occidente, la furia del gobierno chino se compara a la que tuvo hace algunos años cuando fue premiado el Dalai Lama en 1989, por su lucha en favor de la liberación de la región del Tibet.

Ahora, nuevamente el premio nobel de la paz sigue a una serie de críticas al mismo, el cual fue otorgado como se recordara el año anterior al presidente americano, Barak Obama, por su gestión a favor de una reconciliación con sus enemigos de siempre.
Los últimos premios en consecuencia, llevan entre líneas un mensaje, que muchos califican de político y pareciera que el comité encargado de elegir a los ganadores, estuviera cada vez mas influenciado por estas intenciones. Independiente si han merecido o no tal distinción, lo claro es que en el caso de Obama, su nobel de la paz fue otorgado en medio de dos guerras lideradas por su país, en momentos en que no ha logrado consolidar un dialogo entre palestinos e israelíes, pero para su imagen y la de su nación, este premio le cayó como anillo al dedo.

Nuevamente, con el otorgamiento a Xiaobo del mismo premio, los más beneficiados son los occidentales. Pero para su familia, es un nuevo motivo de castigo, ahora su esposa ha sido retenida en su domicilio luego de que visitara a su marido el domingo para darle la noticia del premio.

Cabe resaltar que aparte de otros premios de paz que generaron controversia en su momento como el de Shimon Peres y Yaser Arafat en 1994, el de Henry Kissinger en 1973, la mayoría de ellos han sido otorgados a personas y organizaciones que a consideración del comité noruego, cumplieron con los requisitos de su fundador que reseñó en su testamento que dicho premio sería entregado a quienes hayan hecho su mayor esfuerzo por lograr la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de ejércitos, o la promoción de congresos y reuniones en favor de la paz a nivel mundial.

Paradójicamente este premio creado por Alfred Nobel para apaciguar su propia conciencia luego que inventara la dinamita y con ella, armas y formas de destrucción, hoy vuelve a tener efectos explosivos en el debate mundial.

Rafael Navarro

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