PRIMERA ENMIENDA Cablegate, ¿Cuál es el escándalo?
Por Maria I. Perez
Desde hace algún tiempo he venido observando toda la marea levantada por las revelaciones que día a día viene haciendo Wikileaks al publicar decenas de miles de documentos confidenciales sobre el comportamiento del gobierno de los Estados Unidos y de su política exterior.
Solo el fin de semana pasado se acaban de publicar la existencia de un cuarto de millón de cables intercambiados por sus embajadas y el departamento de estado en un periodo que abarca varias décadas y que revelan apreciaciones del gobierno con relación a sus enemigos y aliados.
Casos de espionaje, criticas, asuntos internos de gobierno, derechos humanos, condiciones económicas, terrorismo y Naciones Unidas, figuran entre los temas que dominan los cables, de acuerdo a la polémica pagina reveladora.
Según el mismo, Juliam Assange, fundador de Wikileaks, se tomarán el tiempo necesario para escribir, comentar y publicar dichos documentos ya que por su extensión no se han podido publicar todos a la vez.
Esto por supuesto tiene a más de uno preocupado por cuanto se darán a conocer lo que se cocina tras la puerta de los despachos de los funcionarios diplomáticos y que han sido clasificados como archivos secretos, pero que hoy ya han sido filtrados a la luz pública.
Hoy por hoy vemos a un Obama muy preocupado, incluso a su secretaria de estado Hillary Clinton, quien ya se ha pronunciado al respecto, por cuanto estos cables afectarían las relaciones diplomáticas con muchos amigos y afectaría a un mas los problemas con sus enemigos.
Uno de los casos curiosos es el de la misma Clinton que al parecer habría pedido indagar sobre la salud mental de Cristina Kirchner, presidente de la Argentina, su personalidad y la de su esposo, el fallecido, Nestor Kirchner.
Imagino que en este momento mucha de la actividad diplomática de los Estados Unidos se focaliza en calmar los ánimos de más de uno que se ha sentido tocado con dichas revelaciones. Es algo así como el chismorreo que se arma en los círculos de amigos, en la empresa, en el barrio, o en los pueblos pequeños, cuando un chisme se convierte en la comidilla del común.
Eso es lo que está sucediendo con los famosos cables compartidos por las más de doscientas embajadas a los largo del planeta.
Y es que hablar a las espaldas de los otros no está bien, pero esto hace parte del circo político y diplomático de los gobiernos, esto sin duda pasa en todas las esferas del estado en todas las naciones del mundo y no debería sorprender a nadie.
Cada gobierno tiene sus secretos, tiene sus comentarios de puertas para adentro, cosas que se dicen entre los funcionarios pero que no son de dominio público en virtud de la salud misma del gobierno.
De hecho, muchos han descalificado la intención de la publicación de los archivos e incluso hay quienes asegurado que todo este espectáculo le sirve al mismo gobierno.
De hecho muchos gobiernos han manifestado su solidaridad con la administración de Obama, pero de seguro muchos se sentirán ofendidos por el contendió de tales cables. De todas maneras no dejan de ser opiniones confidenciales o pareceres de diplomáticos que representan a una nación entera.
Pero insisto a nadie le debería sonrojar los términos de los cables si tenemos en cuenta que muchas de las comunicaciones se hicieron de manera privada y no oficial.