Controversia con ex voluntarios y clientes de La Casa del Inmigrante

Algunas de las denuncas contra La casa del Inmigrante ya han sido respondidas por las autoridades estatales
Algunas de las denuncas contra La casa del Inmigrante ya han sido respondidas por las autoridades estatales

Un grupo de ex voluntarios que al mismo tiempo fueron usuarios de los programas que ofrecía La Casa del Inmigrante, insisten en llevar hasta las últimas consecuencias su malestar, por lo que ellos consideran se trata de una organización que no cumple lo que promete y que de alguna manera no le hace ningún favor a la comunidad.

En diálogo con El Nuevo Georgia, los querellantes dijeron sentirse defraudados, primero en su buena fe y luego en sus intereses personales, porque no solo invirtieron tiempo sino dinero, en clases y programas que a la larga nunca pudieron concluir por lo que ellos llamaron desorganización por parte de la directora de la entidad.

Lizbeth por ejemplo dice que ella vio un anuncio donde se ofrecían clases de inglés y cosmetología y se interesó en estudiar, pero al final perdió su tiempo y su dinero. “Las clases eran cada ocho días y solo éramos dos personas, la maestra no regresó más, yo hice el último pago y de ahí para acá nunca nos volvió a dar clases”, dijo la joven, quien afirma haber perdido alrededor de 450 dólares.

Mario Trejo, dice que vio a través de la Internet la página de La Casa del Inmigrante y como junto a su esposa tienen un salón de belleza quiso tomar clases de cosmetología, se inscribió y pagó 100 dólares y luego las mensualidades eran otros cien más, al final terminó pagando 400 dólares y no recibió lo que se le había prometido.

“En ese tiempo éramos 8 alumnos en la clase de cosmetología, pero nunca tuvimos las herramientas adecuadas y al final yo me cansé y me fui”, dijo Trejo. “Yo no quisiera que más personas cayeran en lo mismo”

Por su parte Miriam admite que fue por las clases de inglés y ahí le dijeron que debía ser voluntaria y no le pareció mal, pero que cuando vio el método de las clases se decepcionó mucho.

“Nos ponían un video ahí de Inglés sin Barreras, y yo finalmente dije, bueno para ver videos, yo puedo ver los que tengo en la casa, pero de todos modos seguí ayudando”

Pero los casos más delicados tienen que ver con el trámite de los formularios de la Acción Diferida, que los jóvenes tramitaron con La Casa del Inmigrante y algunos como Pedro Gutiérrez tuvo problemas por mal diligenciamiento, a pesar de que la entidad ofrecía y ofrece aun asistencia legal y que, algunos abogados aparecen como voluntarios de la misma.

La Casa del Inmigrante

De acuerdo a su sitio en internet, La Casa del Inmigrante es una institución sin fines de lucro, que tiene por objetivo el facilitar a los inmigrantes la integración a su nuevo entorno apoyándolos en su camino al logro de sus aspiraciones y sus metas a través de clases educativas, asesoría legal y de salud.

La Casa del Inmigrante nace del sueño de brindar apoyo a la comunidad de inmigrantes sin importar su origen, raza, idioma o religión. Entendiendo que integrarse a un nuevo entorno, dentro de una sociedad con una cultura, costumbres, idioma y leyes diferentes, puede ser difícil, intimidante y algunas veces complicado, en ese orden ofrece:

Programas Educativos; Asesoría Legal y Asistencia Económica. “Sus donaciones hacen posible a la organización seguir brindando los servicios. Si su situación financiera se lo permite cada aportación es valiosa para nosotros. Se les brindará un recibo de donación con cada aporte”, señalan.

Angélica Brito, quien conduce la organización Uno a Uno, dijo que las personas antes de someterse a entregar dinero o a participar en cursos o permitir que alguien les llene documentos legales deben hacer sus averiguaciones a fondo para no caer en este tipo de situaciones.

“Cuando ellos ponen su confianza y su dinero en manos de alguien, deben checar más de una vez a quien le están dando su confianza”

En este caso, Brito asesora a los presuntos afectados en la traducción de algunos documentos que se requieren para instaurar las denuncias ante las instancias correctas. “Que sepan que hay canales donde uno puede demandar y otros canales de solución y denuncias ante las autoridades adecuadas”, dijo.

“Estamos siguiendo tres pasos, ante la Oficina del Consumir, luego llenar las reclamaciones en la Oficia Inspección de Organizaciones y llevar el caso de los documentos de DACA ante la Barra de Abogados” anotó Brito.

Le resta importancia

Lourdes Guerra, la directora de La Casa del Inmigrante, dijo a El Nuevo Georgia que estaba siendo objeto de ataques personales por parte de quienes habían sido voluntarios de su organización y se habían retirado por diversos asuntos.

“Yo no voy a seguir dando declaraciones, eso lo voy a arreglar en la corte con mis abogados”, dijo Guerra y reiteró que su organización estaba autorizada para ofrecer programas de “Educación, salud y asesoría legal”

¿Si yo estuviera haciendo dinero con esta organización estuviera debiendo todo el dinero que le debo al edificio? Se preguntó. “Yo no tengo nada que esconder…los estudiantes de las clases de inglés pagan 50 de inscripción y 50 de mensualidad”

Admitió conocer a todos los que están interponiendo denuncias ante las autoridades estatales, como la Oficina del Consumidor y la Oficina de Inspección de Organizaciones.

“Angélica está haciendo esto porque esta gente se está prestando” dijo Guerra quien esgrimió líos pasionales y otros argumentos como motivación de las denuncias.

“…eso de echarle inmigración a la gente yo no me presto para eso…Yo no quiero tener fama por cinco minutos…”

En referencia a una de las abogadas que fue mencionada por los querellantes, como voluntaria para el trámite de los documentos de la Acción Diferida, Guerra confirmó que “La abogada vino de voluntaria un tiempo, en el momento que estuvo hizo lo mejor que pudo, cuando ella se fue dejó una carta donde no quería que se le mencionara en nada”

En referencia a este último punto, la abogada Noemí Puntier, se abstuvo de dar cualquier declaración al respecto, porque no quería que su nombre estuviera en este tipo de controversias que de por sí eran penosas.

“Yo pensé que era una buena fundación para ofrecerle servicios gratuitos a la comunidad, es algo que yo hacía de corazón…” dijo, y rehusó responder otras preguntas aduciendo, querer guardar la distancia y discreción del caso.

Facsímil de una de las quejas elevadas ante la Barra de Abogados contra La Casa del Inmigrante, además de otras denuncias.
Facsímil de una de las quejas elevadas ante la Barra de Abogados contra La Casa del Inmigrante, además de otras denuncias.

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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