Gotas de Gracia

Otra sorprendente metáfora que expresa la totalidad del perdón de Dios aparece en Miqueas 7:19. Allí el profeta Miqueas dice de Dios: “Sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.” Un ex-oficial de la Marina, ejemplificó ese pasaje cuando tuvo la experiencia en la que un equipo determinado se perdió en las profundidades del mar debido a un accidente sufrido por una embarcación.

Él sabía muy bien lo que significaba rastrillar en vano el fondo del mar todo el día con anclas de cuatro uñas, tratando de recuperar un equipo. Esos instrumentos se habían perdido para siempre.

Lo mismo ocurre con nuestros pecados. Dios los ha lanzado a las profundidades del mar para que se pierdan para siempre, para que nunca sean recuperados, para que jamás sean utilizados en nuestra contra.

Repito: Así como Dios dijo que puso nuestros pecados tras sus espaldas, de nuevo nos dice aquí que los echará en lo profundo del mar. No es que “caerán por la borda”, sino que Dios mismo los lanzará a lo más profundo del mar. Él quiere que nuestros pecados desaparezcan para siempre pues ya se ha ocupado de ellos plenamente en su Hijo Jesucristo.

¿Está usted comenzando a entenderlo? ¿Se da cuenta de que el perdón de Dios es completo e irrevocable? ¿Ha comenzado a entender que no importa lo “malo” que haya sido, o las veces que haya cometido el mismo pecado, Dios lo perdona completamente y sin reserva por causa de Cristo? ¿Se da cuenta de que, por cuanto Dios ya se ha ocupado de los suyos en Cristo, ya no tiene que pagar nada ni cumplir con un período de prueba antes de que Dios pueda bendecirlo o utilizarlo de nuevo?

En cierta ocasión escuché a alguien decir que sentía que ya no podía pretender la misericordiosa promesa de perdón que se encuentra en 1 Juan 1:9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad“.

Esa persona alegaba que había pecado tantas veces que ya había utilizado todo su “crédito” con Dios. Creo que son muchos los cristianos que piensan lo mismo porque no entienden a cabalidad la plenitud del perdón de Dios en Cristo. Pero si insistimos e pensar en términos de “crédito” ante Dios, debemos pensar sólo en el crédito de Cristo, porque nosotros no tenemos ninguno.

¿Y cuánto crédito tiene Jesucristo? Un monto infinito. Por eso Pablo podía decir: “Más cuando el pecado abundó, sobreabundó la Gracia” (Romanos 5:20).

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Que la superabundante Gracia de Dios sea siempre sobre usted en Jesús. Si así lo desea también puede seguirnos en Facebook, facebook.com/crosspointencuentrochurch