Resolución
Por: Rafael Valter*
Según la Real Academia Española de la Lengua, resolución es el acto o efecto de decidir algo o formarse la idea o el propósito firme de hacerlo.
De entre las resoluciones, las de fin de año son las más famosas, dice la revista Forbes que el cincuenta por ciento de los que vivimos en la Unión Americana las hacemos, pero que, para el primer día del mes de febrero, el ochenta por ciento de las personas ya las han abandonado, es decir, la determinación de 165 millones de personas en este país dura únicamente 31 días.
La falta de determinación es un problema serio especialmente para nosotros los cristianos por aquello de que “el que persevere hasta el fin, ese será salvo” Marcos 13:13.
Los profesionales difieren en cuanto a lo que la causa, unos dicen que es el resultado de problemas mentales como la depresión o la ansiedad, otros arguyen que es simplemente debilidad de carácter y algunos sostienen que es falta de confianza en tí mismo y en tus habilidades.
Yo observo diferentes personajes bíblicos que han requerido de gran determinación para hacer lo que Dios les manda y no me parece que es porque tienen la sanidad mental óptima, porque las situaciones que algunos atraviesan deprimen hasta el más sólido (2 Corintios 1:8). No es porque sean fuertes de carácter o valientes, porque algunos son cobardes (Jueces 6:13). Y tampoco es porque tienen suficiente confianza en sí mismos o sus habilidades porque hay algunos que obviamente no la tienen (Éxodo 4:10).
En Filipenses 3:13-14 Pablo afirma “proseguir a la meta” dejando todo lo demás atrás. Una determinación que ha logrado por el llamamiento que ha recibido de Dios en Cristo Jesús. Su determinación es un ejercicio espiritual basado en su relación salvífica con Jesucristo; una vez que llegamos a Cristo solo hay una opción, hacia adelante. Lucas 9:62 “Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios”.