Un canto en la niebla

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En los alrededores de la isla de Terranova (al este del Canadá), a veces la niebla es tan densa que los pescadores no pueden ver el faro ubicado en la entrada del puerto. Cuando el radar todavía no existía, a veces los marineros vagaban durante mucho tiempo en la neblina, algunas veces muy cerca de la costa, con el riesgo de chocar contra un iceberg o estrellarse contra una roca.

Entonces, a la hora en que los barcos debían regresar, las mujeres y los niños de los marineros se reunían en el muelle y cantaban con todas sus fuerzas. En medio de la oscuridad, esas voces amadas guiaban a los marineros perdidos hacia la claridad del faro y hasta el puerto.

Esto nos hace pensar en aquellos que no saben cómo orientar su vida. Están perdidos en una especie de niebla que les esconde la verdadera luz: Jesucristo.

Sin embargo, si prestaran atención, escucharían esas voces dirigidas a ellos. Provienen de aquellos que, habiendo descubierto para sí mismos la salvación y la paz, pueden hablar a otros de Aquel
que los salvó.

Esas voces invitan a encontrar en la Palabra de Dios la buena dirección y el camino para ir a Jesús. Él es esa voz amada que nos guía para entrar en el puerto deseado. Estar en ese puerto es estar seguros, firmemente asidos, mediante vínculos que no se pueden romper, a los amarraderos.

Así sucede con el que ha creído en el Señor Jesús. Pertenece al Señor, tiene la vida eterna y nadie puede arrancarlo de sus brazos. Su vida está ligada a Aquel que está sentado a la diestra de Dios, en su trono.

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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