Familia de jornalero asesinado recibe “millonaria” indemnización simbólica

Por: Rafael Navarro- ENG

Una indemnización que asciende a los 5 millones de dólares fue otorgada por la juez superior del condado de DeKalb Eleanor L. Ross, a la familia del jornalero de origen guatemalteco Marcial Cax Puluc, quien muriera en manos de un oficial en servicio de la policía del condado de DeKalb en el año 2008.

Sin embargo de acuerdo a lo establecido por El Nuevo Georgia, la familia del joven no verá ni un centavo porque se trata de una indemnización simbólica dado que el homicida, Derrick Yancey quien purga dos cadenas perpetuas no tiene dinero ni otros bienes con qué responder ante el fallo.

“Es una cifra simbólica que representa lo que Marcial hubiera podido hacer si contara con vida y de alguna manera es un reconocimiento a este muchacho para que limpiara su nombre”, dijo la cónsul de Guatemala en Atlanta Beatriz Illescas.

La funcionaria advirtió que está en proceso de comunicarse con la familia del joven para explicarles la situación de la mejor manera y para que entiendan en sentido del fallo que a ellos no les otorga nada.

La muerte del jornalero

El día de los hechos, junio 9 del 2008, Derrick Yancey recogió al jornalero Marcial Cax Puluc de 18 años, lo llevó a su casa para que hiciera unos “oficios varios” y a eso de la una de la tarde regresó y le dio muerte de varios disparos, alegando que el inmigrante había asesinado a su esposa para robarle.

Dos meses después y tras las investigaciones realizadas, Yancey se ve obligado a renunciar a su cargo, del que había sido separado momentáneamente y 3 días más tarde, el 14 de agosto, un fiscal lo acusa por el asesinato de su esposa Linda y del joven Marcial Cax Puluc, quedando en libertad luego de pagar 150 mil dólares de fianza.

Tras una fuga que llevó a caza recompensas a encontrarlo en Belize, Yancey fue finalmente procesado y hallado culpable del doble homicidio y hoy purga una doble vida en prisión.

La familia de Marcial Cax Puluc, vive en la completa miseria en San Juan Sacatepeque Guatemala, tal como lo pudo constatar El Nuevo Georgia en el 2009

Rafael Navarro

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