Hasta junio despacha Beatriz Illescas como cónsul de Guatemala en Atlanta

Por: Rafael Navarro- ENG

Hasta el próximo 6 de junio despacha de manera oficial como cónsul general de Guatemala en Atlanta, Beatriz Illescas, quien acaba de ser relavada de su cargo por el gobierno de su país, luego de cuatro años sirviendo a su comunidad en los estados de Georgia, Tennessee y las Carolinas.

“Me tomó por sorpresa la decisión del gobierno, pero cuando uno trabaja en cargos de este tipo sabe que eso cualquier momento va a suceder”, dijo la funcionaria, quien estará a cargo del empalme con los nuevos funcionarios consulares que sean designados hasta el próximo 30 de junio.

Hace un par de semanas ya había sido removido de su cargo el vicecónsul de esa misión diplomática quien ya está de regreso en su país y se espera que dentro de poco los nuevos funcionarios lleguen a Atlanta para iniciar su respectivo proceso de acreditación ante el gobierno de Estados Unidos.

Los retos para Illescas

Desde su llegada a Atlanta como cónsul general, Illescas cambió de manera radical la imagen que tenía el consulado de su país, e inició un arduo trabajo de defensa de sus connacionales, donde tuvo que lidiar con casos extremos, como asesinatos, separaciones de familias por sus costumbres indígenas, abuso de autoridad en muchos casos y lo que ella llama, “la vulnerabilidad” de la comunidad en general.

Illescas trabajó en el consulado de Huston, donde tuvo que lidiar con quienes estaban en proceso de deportación y luego fue trasladada a Miami como cónsul general.

“Fueron experiencias muy distintas porque en Miami hay una comunidad bastante arraigada hace mucho tiempo”, dijo la funcionaria, anotando que haber llegado a Georgia le cambió la vida.

En el año 2008 llegó a Atlanta como la segunda cónsul general de Guatemala, luego de que su país tuviera durante 40 años a un cónsul honorario, pero cuyas funciones eran limitadas y los problemas cada día más crecientes.

“El trabajo aquí no ha sido fácil, ha tenido un costo muy alto, lo que más me preocupaba al comienzo y ahora, es la vulnerabilidad de la comunidad guatemalteca, no solo en Atlanta sino en todo el sur”, expresa la diplomática.

Dice que atiende cuatro o cinco casos semanales de separación de familias por razones culturales, debido a que la mayor cantidad de nacionales guatemaltecos aquí, provienen de etnias descendientes de los Mayas y hablan sus propias lenguas nativas.

“Me sigue conmoviendo el caso de Ovidio y Domitina, cuyos hijos les fueron arrancados por sus limitaciones económicas y sus costumbres”, dice Illescas, refiriéndose en especial al caso de una pareja residente en Canton, cuyos 5 hijos fueron entregados en adopción a una familia americana por considerar que los padres no tienen las facultades para criarlos debidamente.

“Están separando a las familias por una apreciación cultural que no comprenden”, anota Illescas.

También recuerda el caso de Hernán Pérez, un hombre cuya vida le cambió por completo al ser acusado de molestar a una menor, por el simple hecho de haberle tocado la cabeza a una pequeña al frente de su propia madre.

A raíz del shock que le produjo el ser arrestado y verse enfrentado a un proceso de ese tipo el hombre perdió la memoria y durante 5 años reposó bajo el cuidado de una institución mental en Georgia sin saber quién o de dónde era.

“Yo sigo creyendo en la justicia, y todos debemos velar porque se verdad se haga justicia con nuestra gente”, afirma la funcionaria.

Una madre, una soñadora una luchadora, una trabajadora…

“Soy una madre, una soñadora una luchadora, una trabajadora, una buena amiga”, dice mientras se describe en sus cualidad humanas. Es sencilla y abierta al diálogo franco, por eso su gente la admira y aprecia y el trabajo que como cónsul ha desarrollado la coloca como una de las mejores funcionarias en ese orden dentro del cuerpo consular latino.

Fue profesora de inglés en su país, traductora de profesión y diplomática por vocación, cuando ha tenido que hablar duro lo ha hecho ante las autoridades y cuando ha tenido que reclamar por su gente lo ha hecho y ha dado la cara.

Estuvo al frente desde el comienzo en el caso de Marcial Cax Puluc, un episodio triste en la historia de la comunidad latina de Georgia, donde un indígena guatemalteco fue asesinado de manos de un policía que trabajaba como guardián de la cárcel de DeKalb, y quiso incriminar al inmigrante con el robo y muerte de su esposa para justificar el crimen.

Durante todo ese tiempo no se cansó de exigir justicia y de ayudar a demostrar la inocencia del difunto, así como que, no se fuera a dejar de castigar al responsable lo que finalmente sucedió.

“Le quedo debiendo a mi gente el no haber podido trabajar por el comercio y la promoción de mi país, y eso creo que fue una las cosas que no hice por falta de tiempo”, dice la cónsul.

Argumenta sin embargo que no se debió a negligencia, sino el haberse encontrado con una comunidad que había sido abandonada y que tenía demasiados problemas como para dejarla otra vez desamparada, de ahí que enfocó todos sus esfuerzos al capital humano antes que al económico.

“Me quedo en Atlanta”, confirma la diplomática, donde dice que su trabajo aun no concluye y desde donde espera poder seguir trabajando para su gente ahora desde otro escenario pero en la misma dirección del desarrollo humano y la defensa de su comunidad. También planea desarrollar otros estudios de maestría.

“A mi gente le digo que no pierdan las esperanzas. La vida no es fácil…todos tenemos una historia que contar, pero lo que debemos hacer es seguir adelante y creer en que podemos lograr nuestros objetivos”, concluye.


Beatriz Illescas, cónsul de Guatemala en Atlanta que dejará su cargo a comienzos de junio.

Rafael Navarro

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