LOS HIJOS LATINOS DE LA LUCHA

Por: Rafael Navarro-ENG

El calor estaba casi a 90 grados y los rayos del sol a esa hora del medio día se estrellaban de manera perpendicular contra el rostro de la menor de escasos 10 años, su nombre es Isabella Gómez y vive con sus padres en Doraville, en sus ojos se dibujaba la fatiga, y quién sabe qué pensamientos rondarían su cabeza ese dos de julio frente al capitolio estatal en Atlanta.

Por momentos acaparó la atención de los fotógrafos, después se perdió incógnita en la nube de adultos que junto a ella, dicen estar luchando por leyes más humanas y posiciones menos duras contra los inmigrantes como ella, y como casi todos los que la rodeaban.

“Unidos podemos construir un mundo mejor”, se podía leer en letra negra sobre un pedazo de cartón que Isabella llevaba en sus manos y que alzaba por encima de una barda de seguridad cuando recuperaba las fuerzas. Era estremecedor verla!

Un dolor que va por dentro

“Los niños se afectan y sufren de la misma manera que lo hacen los adultos”, responde la Psicóloga y consejera Rocío Woody de la clínica Road to Recovery, a la pregunta de cómo afecta a los menores nacidos en Estados Unidos la situación migratoria de sus padres, ante todo el debate que se vive a nivel nacional.

“Les da depresión, tristeza profunda, ansiedad aguda, son los mismos comportamientos de los adultos, excepto en uno que los niños sienten de manera especial y es el temor al abandono de los padres”.

“Los adultos no dependen tanto de otros, los niños si, especialmente los más pequeños, dependen en todos los sentidos de los padres, económica, social, moral, espiritualmente”, afirma la experta.

“Aquí no nos quieren”

Ramses tiene 8 años, nació en Estados Unidos, sabe lo que eso significa porque lo ha aprendido en la escuela, pero en los últimos meses ha estado escuchando tanto a través de todos los medios y de manera directa sobre lo que persiguen leyes como la HB-87 de Georgia, que se ha hecho su propia opinión de la misma.

“Se están llevando a los mexicanos de regreso de donde vienen ellos, porque el gobernador no gusta aquí de nosotros los mexicanos”, dijo el menor a El Nuevo Georgia, el día que lo encontramos en Mableton en una manifestación de adultos.

¿Cómo sabes eso?

“Eso es lo que están tratando de hacer, no quieren a los mexicanos aquí”, volvió a insistir.

Alrededor del menor, otra decena de niños corrían y jugaban de manera desprevenida, pero sabían que en algún momento los periodistas presentes se acercarían a ellos a preguntarles a cerca de lo que ahí estaba ocurriendo.

“Los estudiante, estamos aquí para dejarles saber a todos que la HB 87 es mala”, dijo Emir un adolescente de 14 años, que ya ha participado en varias actividades de su escuela y que junto a otros menores de la Lithia Springs, decidieron un día abandonar su aula de clases para protestar por la pieza legislativa una vez fue firmada por el gobernador Nathan Deal.

“Quiero animar a los estudiantes a que no tengan miedo, vamos a ir hasta los limites, porque no tenemos miedo vamos a seguir luchando”, afirmó.

Las consecuencias

Children’s Action Alliance, organización sin fines de lucro que aboga por los derechos de los niños, dijo en un informe que lo hijos de inmigrantes indocumentados, la mayoría ciudadanos estadounidenses, son los más afectados por el sentimiento anti-inmigrante que se vive en el país.

“El futuro de los hijos de inmigrantes se encuentra en riesgo ante el continuo ataque en contra de sus padres o familiares que no tienen un estatus legal en el país, indicó Matt Jewett, representante de Children’s Action Alliance, en Arizona.

En Georgia, varios menores de edad han sido separados de sus padres, como producto de la aplicación de leyes como la 287 (g) o programas como Comunidades Seguras y estos argumentos han servido para evidenciar una ruptura en el núcleo familiar de ciudadanos americanos, por normal mal aplicadas.

“Los menores sometidos a este tipo de situaciones se enfrenta a lo que se llama el miedo crónico”, dice Rocío Woody, advierte que por lo general, los menores no demuestran los cambios de comportamiento que vienen sufriendo sino que por el contrario pueden volverse introvertidos.

“También pueden portarse mal en la escuela y esto afecta su rendimiento escolar, de hecho, puedo que lo primero no suceda e igualmente su rendimiento no va a ser el mismo mientras estén bajo ese estrés”, dijo Woody.

José Guadalupe Palacios, tiene 11 años, y dice que quiere defender su raza que está siendo atacada, él reside junto a sus padres en Mableton y su disposición para hablar del tema migratorio es sorprendente.

“Quieren que mi raza y todos los mexicanos se vayan de Georgia”, dijo el menor a la pregunta de sí sabía qué estaba pasando con los inmigrantes del Estado.

“Quiero que sepan que todos los de aquí de Georgia y los federales que están haciendo esto, están pasando los límites”, dijo el menor en tono desafiante, pero en un español mal hablado. Su idioma natal es el inglés.

“El gobernador quiere mandar a los mexicanos a México otra vez, porque no les gusta que estemos aquí, no sé porque…yo nací aquí en Georgia pero soy mitad mexicano…y los que están luchando para defendernos son héroes, para nosotros”, recalcó el menor.

Bajo este panorama es que Woody advierte que los niños pueden llegar a desarrollar un miedo patológico, ya que el temor a ser separados de sus padres los vuelve más dependientes de ellos que en situaciones normales de ahí que vivan asustados en todo momento.

“Pueden llegar a desarrollar las fobias o miedos patológicos, y ese nuevo modelo de fobia es el miedo al abandono por efectos del tema migratorio” señaló.

De acuerdo a la Psicóloga, si un niño de estos llega a desarrollar un estado agudo o crónico de esa fobia y no es tratado a tiempo podría llegar al suicidio, por eso recomienda que ante algunos de los síntomas expuestos anteriormente se busque ayuda profesional.

“Si no tienen la opción de la ayuda profesional, pueden buscar apoyo a través de las trabajadoras sociales de las escuelas, pero no pueden enfrentarse a esto solos” recalcó Woody.

Lo que quieren

Legisladores de al menos 41 estados han estado planeando presentar en sus respectivos congresos iniciativas para modificar la Enmienda 14 de la Constitución y negarles la ciudadanía a los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en territorio estadounidense.

“Quitar la nacionalidad a los hijos de los inmigrantes no sólo afecta a éstos, –los extranjeros-, sino a los niños americanos”, afirmó en su momento Michele Waslin, del Immigration Policy Center (IPC).

Mientras tanto, Isabella, Ramses, José Guadalupe y millones de niños alrededor del país, seguirán siendo las víctimas de un conflicto que los distrae de su niñez, que les roba la tranquilidad y la inocencia, que les altera su rendimiento escolar y que los va llenando de resentimiento.

Isabella Gómez a su corta edad ya ha participado en varias marchas en contra de las leyes anti inmigrantes.

Rafael Navarro

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