Contra los notarios y los falsos abogados

La fiscal del condado de Gwinnett Rossana Szabo, cuando presentaba la campaña contra los falsos abogados.

Por: Rafael Navarro- ENG

A Carmen no le cabe duda que “era un amor”. Formal, bien educado, comprensivo, buena gente, amigable, paciente y antes que nada alguien que inspiraba mucha confianza, de hecho, en el restaurante donde ella trabaja casi todos lo conocían como “el hombre elegante que se sentaba en el mismo lugar”

Tanta confianza había generado entre “su clienta” y sus compañeros de trabajo que llegó a presentarles a su “esposa y sus hijos”, hasta el día que desapareció y nadie supo más de él, hasta que la policía de Gwinnett decidió lanzarse en su búsqueda para que responda por una serie de denuncias en su contra.

Esas características de Juan Manuel Pineda Cruz, quien finalmente terminó por ser Eduardo Bueno Cabrera, fueron las que le permitió acceder a muchas personas y familias esperanzadas con regularizar su situación migratoria pero terminaron perdiendo su dinero.

Contra los estafadores

Atendiendo las múltiples denuncias presentadas en el condado de Gwinnett, su fiscal Rossana Szabo presentó junto a otros funcionarios y agentes de la ley una iniciativa para proteger a las víctimas de personas que fungen como abogados o consejeros de inmigración sin estar facultados para ello.

La campaña en tres de los idiomas más hablados en el condado, busca que quienes crean que están siendo engañados o lo han sido, ya sea por abogados o notarios, o personas que se hacen pasar por profesionales del derecho se sientan con la libertad de denunciar, seguros de que las autoridades van a hacer seguimiento a sus casos.

“Algunos se presentan como si fueran expertos legales. Ellos se llaman notarios, consultores legales o gerentes. Si proveen servicios legales, es contra la ley. Solo un abogado puede asesorarle en cuestiones legales. Protege sus derechos, no sea estafado”, dice el texto de la campaña impresa y en audiovisuales.

Szabo dice que siendo Gwinnett un territorio donde el 30 por ciento de sus habitantes adultos son extranjeros la responsabilidad de ellos como autoridad se hacía relevante, sobre todo porque en países como los de América Latina, la figura del notario era completamente diferente que en Estados Unidos.

“En Estados Unidos una persona solo tiene que llenar una aplicación, pagar cierta cantidad de dinero y cumplir algunos mínimos requisitos, su función solo es la de dar constancia de que una persona es quien dice ser, al momento de firmar un documento”, dijo la fiscal.

Un caso ejemplar

Cuando a Carmen conoció en el 2015 a Eduardo “Eddie” Bueno, éste era un cliente frecuente del lugar donde ella trabajaba y ahí se le presentó como un abogado de inmigración.

“Yo fui testigo de un crimen, entonces él me iba a ayudar con la visa U, y a parte él decía que traía gente de México para acá con permiso para trabajar en el campo, y a parte iba a traerme a personas de allá de México para acá, a dos personas…amistades…”

Recuerda la mujer que el hombre le dijo que él no tomaba no trabajaba con dinero cash, y le pidió un money order, cada uno por 1,865 dólares.

“Cada uno debía ser por esa cantidad, yo le di los dos money orders y él me dijo que iba a empezar el proceso, que debía llenar unas aplicaciones, y pasó el tiempo, un mes, dos meses y nada, entonces yo le pregunté y me dijo: no, no, no, eso está andando…”

A comienzos del mes de febrero, la policía de Gwinnett lanzó la primera alerta de búsqueda contra Juan Manuel Pineda Cruz, o Eduardo Bueno Cabrera, por una serie de estafas que habían venido siendo denunciadas por los afectados desde el año anterior.

El primer incidente fue reportado el 13 de diciembre de 2016. La víctima dijo a la policía que el sospechoso se presentó como abogado de inmigración practicando en Metro Atlanta.

“El robó 35 mil dólares, suplantando a un abogado, él parecía una buena persona y eso le permitía conseguir victimas fácilmente, que creyeron sus falsas promesas”, dijo la fiscal Szabo, refiriéndose a Bueno.

Revisen las hojas de vida de los “abogados”

Steve Kaczkowski, investigador de la Barra de Abogados de Georgia dice que una de las primeras cosas que deben hacer las personas para evitar caer victima de los estafadores es revisar la hoja de vida de quienes van a contratar para un caso.

“Deben estar seguros que tengan una licencia apropiada de abogado y básicamente conocer con quién se está tratando cuando quieran iniciar un proceso y finalmente estén seguros que la persona es, quien dice que es”.

Dijo que en este momento tienen unas 200 investigaciones abiertas que cubren todas las áreas del derecho.

“Nosotros agregamos 2 o 3 quejas relacionadas con servicios de inmigración, contra abogados del estado o abogados de otros estados que vienen a Georgia a ejercer”, dijo Kaczkowski.

No deben tener miedo

La fiscal del condado dijo que quienes se crean víctimas de este tipo de personas estafadoras no tienen por qué tener miedo porque en su territorio muchas son las oficinas que sirven a las comunidades inmigrantes entre ellos la latina.

“Yo no quiero exagerar a cerca del miedo para no crear paranoia, porque hay más personas honorables que quienes cometan crímenes”, dijo.

“Si tu eres una víctima de un crimen y tienes miedo de llamar a la policía, mira que muchas son las agencias en el condado de Gwinnett, que provén servicios a la comunidad latina”, agregó.

“La dificultad con todo esto es que muchas personas no saben identificar el proceso, no saben quién es un abogado y quién no es un abogado, qué información se puede dar. Hay algunos trabajos que algunas personas pueden hacer sin ser abogados, pero el problema es también que muchos empiezan a acreditar y a dar consejos para los que no tienen autorización…”, dijo la abogada y representante estatal por el distrito 99 de Gwinnett, Brenda López.

Información:

La campaña ofrece el número 800.334.6865 de la Barra de Abogados de Georgia, para hacer las respectivas denuncias si llegan a ser víctimas de fraude.

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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