¿Cómo le está yendo a Biden?

 ¿Cómo le está yendo a Biden?

A casi un año de su gobierno, Joe Biden, no la tiene fácil. Debe llenar las expectativas de los que pusieron en él la confianza del futuro democrático de la nación americana. 

Con su política de “Reconstruir Mejor” (Build Back Better), sus planes de expansión de Medicare y Medicaid, programas sociales y otras iniciativas, esperando ser financiadas con más impuestos a los ricos, estrategias para reducir el costo de medicamentos y atacar la evasión de impuestos por parte de los más pudientes, le significaron el voto de más de 80 millones de estadounidenses y con ello su silla en la oficina oval de la Casa Blanca.

Escoger a una mujer de origen afroasiática como su vicepresidenta, les dio un impulso a esos sectores que desde siempre se habían mantenido marginados. Con Kamala Harris, se abría una nueva era en la política del país. 

Pero al finalizar el 2021, el presidente Joe Biden está viviendo lo que parece una constante en los últimos presidentes de los Estados Unidos, un bajón de popularidad o el fin de la luna de miel, como muchos lo llaman.

“El Acuerdo de Infraestructura Bipartidista reconstruirá nuestras carreteras y puentes, ampliará la banda ancha para que todos los estadounidenses tengan acceso a Internet de alta velocidad y garantizará agua potable limpia para las familias y los niños latinos”, dijo recientemente el Comité Nacional Demócrata al firmarse la nueva Ley de Infraestructura, una de las banderas de esta administración.

“Creará empleos bien pagados, hará crecer la economía, fortalecerá las cadenas de suministro, reducirá las presiones inflacionarias y restablecerá la competitividad estadounidense en el escenario mundial”, anotó el Comité.

Alta desaprobación y otros golpes

A comienzos de noviembre, algunas encuestas reflejaban una desaprobación por encima del 50%, lo cual es preocupante.  Temas frágiles como el retiro de Afganistán, el costo de vida, los gastos del gobierno, la frontera sur, entre otros, se han traducido en la pérdida de popularidad con que inició su gobierno. 

A pesar de un inicio positivo de su lucha contra el Covid-19, con su plan de vacunación masiva, no logró su meta de inmunizar la mayoría de los estadounidenses, antes del 4 de julio.

Pero la incursión de la diplomacia estadounidense en el escenario mundial, sin embargo, le ha dado al presidente Biden protagonismo internacional de manera positiva. 

Al interior del país, una de las pruebas más contundentes de su pérdida de confianza entre sus seguidores, tuvo que ver con el triunfo del republicano Glenn Youngkin para la gobernación de Virginia, en donde Biden obtuvo una mayoría importante en las elecciones presidenciales. 

Lo anterior ha sido considerado un revés en la agenda de los demócratas con miras a los comicios a celebrarse en noviembre del próximo año. Más aún con un congreso ligeramente a su favor, pero con un partido republicano que se manifiesta unido y en camino de recuperación. 

Los altos precios y la inflación

Otro lunar negro que los adversarios no le perdonan a Biden y que sufren al mismo tiempo sus seguidores, son los altos precios y la inflación en todos los productos, incluyendo la gasolina.

“Los estadounidenses están pagando precios más altos por los regalos, la gasolina y los comestibles en esta temporada navideña, como consecuencia de las políticas Demócratas”, dijo recientemente Ronna McDaniel, presidenta del Comité Nacional Republicano (RNC)

“Y ya que los precios al productor aumentaron un 9,6% con respecto al año pasado, Biden y los Demócratas quieren que las familias y las pequeñas empresas paguen la factura de su agenda para Construir de Nuevo la Quiebra”, continúo McDaniel.

En medio de todo esto, el expresidente Donald Trump no se ha quedado quieto y sigue su actividad política que parece terminará en su candidatura a las presidenciales del 2024. 

División dentro de su partido

Otra de las situaciones adversas para el presidente demócrata se ve reflejado en la división interna de su partido. 

Algunos congresistas demócratas lo critican por excesivo y otros por insuficiente, lo que le ha impedido sacar adelante como él hubiera querido, iniciativas como los paquetes de gasto público, el cambio climático y el plan de infraestructura. 

A pesar de la derrota presidencial y el escándalo de la toma del Capitolio, el partido republicano ha mantenido su disciplina y ha restablecido la confianza con su base, especialmente con un expresidente Trump que no ha bajado la guardia y ha continuado con su campaña de negar el triunfo de Biden.

Hoy por hoy, no es un secreto que muchos simpatizantes del partido republicano siguen teniendo en Trump un líder que les podría generar victorias en las próximas elecciones del 2022 y del 2024. 

Otros, en contraste, consideran que su influencia podría restarles votos entre los independientes o descontentos con la gestión de Biden.

En medio de una pandemia que no da tregua, el tema político seguirá dando titulares, y aunque es muy pronto para hacer pronósticos de los próximos resultados electorales, el presidente Joe Biden, deberá demostrar su experiencia ganada en varias décadas en el Congreso, rescatando la popularidad que se le está escapando de las manos.

Editor

Rafael Navarro, es Comunicador Social- Periodista de origen colombiano, ha trabajado por más de 30 años en medios de comunicación en español, tanto en Colombia como en Estados Unidos, en la actualidad es editor del periódico El Nuevo Georgia.

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