“Dele gracias a Dios porque hoy ha despertado”

Por: Angélica Ahumada, especial para El Nuevo Georgia

Siempre es un buen momento para agradecer a Dios, para él no hay nada imposible. “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de los que no se ve”. (Hebreos 11:1)

La vida nos puede cambiar en un segundo, basta un instante para ver nuestros sueños hacerse trizas. 

“Cada vez que me preguntan del accidente me da escalofríos, porque yo recuerdo ese momento, ese día exactamente como fue. Ese momento nunca se me va a olvidar. Pasó abril 14 de este año 2019”, dice Destiny de 16 años, bailarina profesional.

Destiny se preparaba para uno de sus shows más importantes; por meses trabajó muy duro, pero ese domingo se dirigía a casa de su abuela, en compañía su mamá, cuando fueron embestidas por un automóvil que se encontraba en la vía contraria, recibieron un impacto frontal que terminó por sacarlas del carril. 

Lo peor apenas empezaba. La menor se quebró su espalda baja comprometiendo sus vértebras, L3 y L4; lo que significaba, al menos para entonces, que no podía volver a los escenarios, bailar sería muy riesgoso, de acuerdo con el diagnóstico médico. 

“No había sentido el dolor o la tristeza emocional, hasta que vino el doctor y me dijo que me había fracturado la espalda, cuando me dijeron que no iba a volver a bailar como antes, yo sentí que mi mundo se había destrozado. El baile siempre ha sido prácticamente mi vida y mi escape, yo lo que siento lo pongo en mi vida y en mi baile lo demuestro así”

Una lucha incansable

La cirugía fue un éxito, realmente un milagro, luego de saber que Destiny estuvo a un milímetro de quedar parapléjica. 

Al día siguiente del procedimiento iniciaron 3 meses de recuperación, un trabajo en equipo, de la mano de personal especializado y su familia. En medio de la prueba nunca perdió la fe y siempre tuvo la certeza de regresar a bailar. Conservar su flexibilidad, musculatura y fortalecimiento se convirtió en una lucha diaria. 

“El esposo de mi mamá siempre ha tenido fe en Dios y me ha dicho que lo que yo quiera, yo puedo hacerlo, yo soy la que tengo la última palabra en mi vida, tengo la última palabra en lo que me pase, en mi fe”, dice la joven.

Después de 7 meses regresó a la escuela, volvió a bailar, tuvo su primer show, lo dio todo, brilló. 

“El día del show fue muy emocionante, súper emocionante”

El momento perfecto

“Quiero decirles a todos que un momento perfecto no existe, antes del accidente todo parecía un día normal, estaba con mi mamá cantando, escuchando música que es mi paz, cuando en un segundo ahí me cambió todo, nunca voy a poder quitarme estas varillas de la espalda, no voy a ser la misma Destiny que era antes”, dice mientras rememora el episodio que más la ha impactado.

“Dele gracias a Dios que hoy ha despertado, que Dios le ha dado un chance de volver a respirar. Si alguien pasa por algo traumático como yo lo pasé, Dios le está dando un chance para hacer algo bueno con su vida”.

Destiny inició sus clases de ballet desde los 4 años, siempre mostró un gran amor por la danza, lo que se convirtió en su pasión. Gracias a su disciplina y dedicación, su profesora decidió becarla en la academia; así empezó a tomar hasta 9 clases en una semana, día a día perfeccionando sus movimientos. 

“Es un testimonio lindo, es un milagro de Dios, porque al principio las esperanzas eran pocas”, dice Sandra López, madre de la joven. 

“Es una niña demasiado fuerte, valiente, es una niña que tiene una capacidad mental, ganas de superarse y cumplir sus metas”, reconoce.

López, dice que cuando ocurrió el accidente estaba pasando un momento difícil con Destiny, sentía que ella se estaba alejando mucho y lloraba por las noches. 

“Dos días antes de su accidente, me arrodillé pidiendo a Dios que la guiara. Le pedí a Dios que cuidara mi niña. Dios es perfecto, cuando tú le pides a él de rodillas, cuando tu pides a él con amor, cuando tú le clamas desde el corazón, Dios te escucha. Esto ha servido muchísimo para unirnos como familia”, afirma.

“Quiero agradecer a mi familia, a mis amigos, a mi mami, por compartir esta historia, esta experiencia la estoy usando para crecer como persona, bailarina, hija e inspiradora”, concluye agradecida Destiny.