Cuando la meta no es ganar…
Por: Rafael Navarro- ENG
La algarabía no podía ser menor cada vez que alguien lograba hacer su rutina, cumplir su tarea, llegar a la meta o simplemente estar ahí esperando los brazos del entrenador para llevarlo con paciencia hasta su destino final, y tal como los demás, también eran ovacionados y el júbilo era el mismo.
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Entre los participantes había desde menores de un año que sobrecogidos por el bullicio, literalmente se movían como pez en el agua, hasta adolescentes y jóvenes, quienes por sus condiciones de salud, deben ser tratados también como niños, con el mismo esmero y la misma dedicación.
Son apenas, unas cuantas historias de las tantas que cada semana pueden contarse dentro del programa de los parques acuáticos del condado de Gwinnett, donde niños con toda suerte de discapacidades físicas y mentales toman parte de manera activa y son los verdaderos protagonistas.
“No se sientan avergonzados”
Hortensia Blansie, dice que a su hijo Javier, quien tiene varias condiciones de salud especiales, le gusta nadar pero se le había dificultado encontrar un lugar donde llevarlo periódicamente y que le ofrecieran una atención adecuada, pero advierte que ahora está feliz porque el menor hace parte del programa de los parques del condado.
“Ha cambiado tremendamente desde que está en las clases”, dice Hortensia. “Desde bebito le gusta el agua y estuve buscando por mucho tiempo, me siento orgullosa de ver como se sumerge debajo del agua…es una bendición….”
Blansie, de origen peruano sabe que como ella, hay muchas familias, sobre todo latinas con niños que requieren un cuidado especial por sus condiciones de salud, pero que éstos quizá no reciben la atención adecuada, no porque ellos no quieran sino muchas veces por razones culturales.
“Desgraciadamente eso pasa, las familias hispanas que estamos en este país, que abran los ojos y vean que estos niños tiene mucho apoyo y mucha ayuda, que no los escondan…”, dice la madre, para quien su hijo es más que una bendición.
“No son una carga”, dice y señala que “Dios nos manda estos angelitos y no sabemos qué tiempo estarán con nosotros, que no se sientan avergonzados porque tienen un niño especial”, recordó.
“Buscamos la inclusión”
Cuando Helmut Levy, nos contactó para dar a conocer el programa de natación que dirige, fue enfático en afirmar que la misión del mismo era buscar la inclusión de los niños con necesidades especiales en la comunidad latina, a pesar de que, no es solo para familias de habla hispana.
“No buscamos otra cosa que darles a estos niños –que por nacimiento, o por algún accidente hoy requieren atención especial–, una mejor calidad de vida”, dice Levy, un campeón de natación colombiano, quien participara en los Juegos Olímpicos de Montreal en 1976 y Moscú en 1980.
Para Levy, poner a disposición de estos menores, el talento y la experiencia es como devolver un poco de lo mucho que la vida le ha dado en su carrera tanto deportiva como profesional y personal, por eso el empeño en cada menor es recompensado cada vez que ellos dan un pequeño paso hacia adelante.
“Es una de mis mejores satisfacciones, aquí lo que buscamos es que cada niño pueda tener una oportunidad que de otra manera no tuviera”, dice.
Y eso lo sabe bien Clotilde Aguirre una madre mexicana, quien reconoce que el entrenador de su hija Paola, ha sido fundamental para el desarrollo de la menor, quien tiene complicaciones musculares y un desorden alimenticio.
“Lo que hago es un esfuerzo para que Paola siga haciendo lo que a ella le gusta, antes no podía nadar las 25 yardas sola, pero ahora si lo puede hacer…”, dice Aguirre visiblemente emocionada después de que su hija cumpliera toda su rutina completa.
“Nadar es un deporte muy hermoso que les ayuda a desarrollarse y a ella le ha ayudado venir lunes y miércoles, le encanta nadar y ha desarrollado bastante nadando”.
Salvado de las aguas
Podemos Decir de Jason, tal como la historia bíblica que él también fue salvado de las aguas, cuando a los seis años de edad estuvo a punto de morir ahogado, aunque su madre Erenia Castillo lo pone más dramático porque así lo vivió ella.
“El se ahogó…y lo revivieron, es un milagro para nosotros” dice Castillo quien ahora es la presidenta de la Asociación Hispana del Síndrome de Down.
Ella dice sentirse muy agradecida y orgullosa del entrenador de su hijo Helmut Levy, porque a su niño de 12 años le gusta nadar y está sorprendida de lo lejos que ha llegado.
“Yo he quedado sorprendida de lo mucho que puede hacer ahora, él estuvo a punto de morir ahogado, por eso es importante que los niños especiales sepan nadar…” afirma.
Castillo dice que la gente con síndrome de Down puede hacer muchas cosas, hasta donde los que estén a su alrededor se lo permitan.
“Podemos lograr mucho con nuestros niños especiales…nosotros no sabemos cuándo le pueda pasar algo a ellos y en ese momento ellos sabrán qué hacer”, dice.
“Mi invitación es para todas las familias latinas que tengan niños con necesidades especiales para que no los tengan en sus casas siempre, sino que les ofrezcan el apoyo que ellos requieren con programas como éstos donde ellos se divierten, aprenden y al mismo tiempo desarrollan habilidades”, dice Levy el entrenador.
Por eso él, a pesar de todos sus triunfos desde sus 14 años cuando comenzó a conformar la Selección Nacional de Natación de Colombia, pasando por sus 120 torneos internacionales, sus 2 Olimpiadas, sus 3 campeonatos mundiales de natación; su pentacampeonato suramericano en Guayaquil, su bicampeonato centroamericano de Medellín y su 6º puesto en la I Copa Mundo de Natación de Tokio Japón, a pesar de todo eso, sigue creyendo en que hay más valor en dar que en recibir.
“Esto es mi pasión y ver a estos menores hacer lo que hacen me llena de satisfacción” concluye.
Información adicional:
Las clases de natación del condado de Gwinnett tienen lugar en 5 sedes y están disponibles durante varios ciclos al año, para información, pueden llamar al: 404.951.9989