La historia de vida de Celia Santana
El Nuevo Georgia News
La historia crítica de Cecilia Santana comenzó hace 8 años en su ciudad natal, en Lima, Perú. A la edad de 26 años Cecilia era una especialista en Derecho Civil, acostumbrada a vivir apresuradamente entre los pasillos del Ministerio de Justicia y a estar cada día rodeada por rumas interminables de expedientes legales.
Se podría decir que casi era una vida normal. Sin embargo poco a poco Cecilia fue notando que ya no podía leer con la misma nitidez de antes, pensó que a lo mejor se debería al típico cansancio visual que afecta a muchas personas que deben leer a diario abundante documentación.
De pronto el cansancio visual empezó a agudizarse con intensos dolores de cabeza y malestar general. Fue entonces cuando pensó que una visita al médico sería lo más adecuado.
“Ceci”, como cariñosamente la llaman sus amigos, nunca olvidará aquella tarde cuando el diagnóstico fue dramático, sus córneas se habían dañado como consecuencia de una queratitis severa, el mal era irreversible, el camino a una posible ceguera sería penoso.
Con el correr de las semanas y los meses la dificultad para ver se hizo evidente, los anteojos ya no eran suficiente, poco a poco la enfermedad iba golpeando hasta no permitirle diferenciar la noche y el día.
Transcurridos dos años de diversos tratamientos Cecilia ya ni siquiera podía compartir los tiernos momentos de juego con sus hijitos, ya nada era igual y solo pensamientos grises recorrían su mente. Solo había una esperanza de volver a ver las luces, los colores y los risueños rostros de sus pequeños hijos. Un trasplante de córneas sería la única solución.
En la primavera del 2011 un accidente automovilístico segó la vida de Marlene Sánchez una trabajadora social y madre de familia. En medio del dolor por tan inesperada e irreparable pérdida, su esposo, Antonio Sánchez, aceptó que sus órganos fueran donados para poder dar una oportunidad de vida a otras personas que se encontraban en grave estado de salud.
El destino quiso que Cecilia fuera una de las beneficiadas con esa gran generosidad. El 26 de septiembre de ese mismo año el trasplante de córneas se efectuó con total éxito.
“Recuerdo que apenas habían pasado seis días después de la operación y pude volver a ver la luz de un nuevo día, los colores de las flores y por supuesto la sonrisa enorme de mis hijos y sus risueños rostros de felicidad.
La vida de Cecilia tiene ahora un significado muy especial y la vive con más pasión y entrega, ella sabe muy bien el valor de una segunda oportunidad.
Nota; Sabía Ud. Que UN solo donante puede ayudar a salvar la vida de OCHO personas en forma directa, y a mejorar la calidad de vida de más de CUARENTA. Sea generoso, piense en la posibilidad de ser donante, hable con su familia.
DETALLES
Si usted requiere más detalles sobre la donación de órganos y tejidos por favor llame a LifeLink (770) 225-5465