“Si uno tiene un sueño… Uno tiene que pasar por esa marea antes de llegar”

Por: Angélica Ahumada, especial para El Nuevo Georgia

Cuando Katia Castillo descubrió su pasión por estudiar medicina, siempre mantuvo su mirada en la meta; fueron muchos los obstáculos que tuvo que enfrentar para convertir su sueño realidad. 

Llegó a Estados Unidos a estudiar microbiología y química en Gainesville-Florida, con un estatus de visa de estudiante. En sus inicios, le asignaron un consejero que sería su guía durante toda la carrera. 

“Yo recuerdo que revisó todas mis notas…él me dijo: tu chance de entrar a una escuela de medicina es menos de cero, lloré mucho, pero a los dos días se me quitó y dije: yo voy a estudiar medicina”. 

A pesar de las palabras de su monitor nunca pasó por su mente rendirse. Al terminar, se mudó a Georgia y aplicó en la escuela de medicina de Mercer University en Macon. 

Al principio se inclinó por la cardiología, pero en una de sus rotaciones como estudiante, todos los residentes estaban ocupados y había una paciente que daría a luz, Katia recuerda que el profesor le preguntó si había visto un parto alguna vez y su respuesta fue un no. 

“Entonces me dijo: Ponte los guantes y no dejes caer al bebé, a partir de ahí quedé enamorada de la obstetricia”. 

Una nueva etapa

Era una época en la que esta especialidad estaba dominada por los hombres, en su promoción ella y otra compañera fueron las primeras dos mujeres escogidas para formarse como médico Gineco-Obstetra. 

Esta facultad era muy popular; trabajó de manera incasable para lograr su objetivo, realizó muchos turnos y participó de manera activa para ser tenida en cuenta cuando aplicara.

Su plan inicial era regresar a Colombia al terminar medicina, pero al conocer el amor de su vida, cambió todo; Gustavo, su esposo ha sido su apoyo desde ese momento y la ha acompañado para librar cada batalla, de la mano de sus dos hijos Alex y Emily. 

Cuando terminó sus estudios como médico Gineco-Obstetra, decidieron vivir en Atlanta porque aquí, ambos podían encontrar la estabilidad laboral.

Sus inicios

En los inicios de su vida profesional, la doctora Castillo estuvo acompañada de su colega Jackeline Walters, con quien se conocía desde su época de estudiante. Al poco tiempo decidieron crear Comprehensive Woman, con sus dos sucursales ubicadas en Duluth y Dunwoody, esa sociedad se mantiene desde el 3 de julio de 1998 hasta el día de hoy.

Katia tiene 24 años de experiencia en su práctica privada, en los que ha tenido que sacrificar muchos momentos de su vida personal, los bebés no avisan, pero para ella siempre ha valido la pena, su pasión por lo que hace se conserva intacta. 

“Hay días que estoy muy cansada pero cada parto es una experiencia hermosa, divina”.  El mayor porcentaje de sus pacientes son hispanas, algunas no hablan inglés; es muy cuidadosa con el servicio al cliente, por esta razón casi todo el personal de sus oficinas habla español.

Éxito fuera de casa

Por muchos años Castillo ha sido la única hispana Gineco-Obstetra en Atlanta, siempre ha dado gracias a Dios por tener la oportunidad de hablar dos idiomas, se siente bendecida por haber crecido en Colombia, para ella es un gran orgullo ser hispana. 

“La clave de mi éxito es que de verdad literalmente me apasiona lo que hago, me encanta la obstetricia y además de eso, a veces digo que es porque nací en Cartagena y soy caribeña, nos encanta la gente, mis pacientes me cuentan sus cosas personales, me siento un poco en Colombia, veo personas hispanas todos los días, a toda hora”. 

Katia es la segunda de cinco hermanos. Siempre ha sentido una gran admiración por su padre, el también doctor Castillo, quien fue un cirujano plástico muy reconocido en Colombia.

“Mi papá, amaba la medicina, lo que más me llamaba la atención es cómo lo admiraban sus pacientes. Hoy en día tengo pacientes que son bebés que yo traje al mundo, tengo ese sentimiento, lo mismo que mi papá, voy a los lugares y la gente me reconoce”. 

Su norte

“Mi norte siempre ha sido creer en mí misma… nunca en mi corazón siento que no lo puedo hacer. Yo soy muy positiva, yo nunca pienso que no puedo… yo siempre decía: yo voy a poder, yo lo voy a hacer. Si uno tiene un sueño… uno tiene que pasar por esa marea antes de llegar”

Consejo a las madres

“La mamá, siempre debe estar ahí pendiente, guiando, aconsejando, conocer a sus hijos y tratar de ver cuándo realmente ocurren las cosas. No hay nada como tener una educación en salud, sexualidad y en todo lo que se refiere a la mujer”