Dice Pierluigi Mancini: “Los regalos que me ha dado la vida son increíbles”
Al cumplir sus 25 años al servicio de quienes sufren adicciones de alcohol o droga, el doctor Mancini recuerda cómo una vez estuvo en ese mundo del cual salió para ayudar a los demás.
Por: Rafael Navarro-ENG
Pierluigi Mancini, dice que toda su vida ha sido un libro abierto y cuando la comparte es para que la comunidad sepa que a pesar de las dificultades, siempre hay esperanzas y siempre van a existir puertas que se van a abrir a favor de ellos.
“El 2 de febrero del 1987 un gran hombre y mentor, Jack Whitworth, me dio la oportunidad de trabajar en SAFE Recovery Systems, S.A. – Un programa de consejería ambulatoria en Atlanta”, recordó Mancini recientemente al cumplir sus 25 años de estar laborando en el campo de la consejería.
“Mi primer trabajo fue como un Consejero de Admisiones encargado de ayudar a los clientes a completar los documentos de admisión. Yo tenía 24 años y sin saberlo Jack me ayudó a cambiar mi camino profesional”.
Eso lo dice porque, su grado había sido de Administrador de Empresas y su maestría en Administración Internacional de Negocios.
“Empecé a enamorarse de la consejería para derrotar los monstruos y pesadillas que el abuso de las drogas y el alcohol le causan a la salud mental”, advierte y recuerda que ha trabajado en todos los niveles de ese ramo menos en hospitales siquiátricos.
“Ha sido una gran experiencia y me da gran orgullo que cualquier persona que ha recibido esa semilla puedan llevar hoy una vida muy saludable…lo que la vida me ha dado a mi es algo que no puedo ni medir”
Su adicción
Mancini cuenta entre su historia que desde los 12 años aproximadamente comenzó a consumir alcohol en su natal Colombia, de donde proviene de una familia de inmigrantes italianos, pero no fue sino después de su adolescencia cuando se dio cuenta que era un adicto.
“De los 18 a los 21 en la universidad de Miami estuve totalmente perdido y adicto hasta que tuve la oportunidad de ir al hospital Richville en Smyrna el 23 de abril de 1985”, dijo a El Nuevo Georgia.
Ya había pasado por un proceso de arresto en el aeropuerto de Atlanta, conde lo acusaron de tráfico de drogas por habérsele encontrado una cantidad de cocaína mayor a la del consumo, y parte de lo que el juez le encargó como parte de su rehabilitación fue terminar sus estudios.
“Lo que comenzó el camino hacia la consejería fue después de los dos años de lo que le salvo la vida…el 2 de febrero de 1987…” recordó.
“Desde el principio, yo fui privilegiado con acceso a mentores maravillosos en el campo de psicología y consejería como el Dr. G. Douglas Talbott, Thurman Strother, David W. Foerster, Doug Brush, Jim Seckman y muchos otros dentro y fuera de esta profesión. Su guía y sus consejos me proporcionaron con las herramientas necesarias para poder lograr este vigésimo quinto aniversario”, dijo orgulloso.
Una historia poco contada
Recordando estos 25 años, el doctor Mancini dice que el inicio de su trabajo como consejero cuando abrió sus clínicas en Norcross y Gainesville trabajaba hasta 18 horas al día, estando ya casado y con dos hijos por los cuales velar.
“Por año y medio sostuve esas clínicas con sus ahorros propios, y tocaba puertas por todos lados a todos los niveles buscando ayuda y fondos para esos programas licenciados de salud mental con el componente del idioma y la cultura, para que los latinos pudieran beneficiarse como lo hacían los anglos”, dijo.
Pero un día dice que un poco cansado y frustrado tuvo una conversación Dios y le dijo que él pensaba que durante su recuperación había escuchado que tenía un mensaje muy claro mediante su recuperación para ayudar a la comunidad latina que tiene dificultades económicas y de idioma, y ahora estaba en dificultades.
“Déjame saber si te escuché bien…ya tengo año y medio en esto…”, recuerda que le dijo a Dios, y para su sorpresa al día siguiente a las 9 de la mañana habían 3 monjas y 5 clientes.
“Y las monjas traían un cheque de 2.500 dólares y me dijeron por favor puede ayudar a estas personas…”
Dice que desde ese día ya nunca ha dudado que esa es la misión que Dios tiene para él en la vida, aunque han habido etapas difíciles no lo ha vuelto a dudar, debido a eso CETPA ha crecido a más de 50 empleados y más de mil pacientes al año y programas de prevención hasta con 500 niños al año.
El reto asumido
“Durante este tiempo yo he visto cambios maravillosos en la entrega del servicio para personas que sufren de problemas de salud mental y abusos de sustancia y, desafortunadamente, también he visto áreas que todavía necesitan atención”, dice.
“La única constante es que continúo rodeado por mentores y maravillosos amigos como Cynthia, Neil, Sherry, Thom, Pedro, Ellyn, Ellen, Stan, Frank, otro Frank, Didi, Casandra, Travis, Peter, Pete, Lou, y muchos más que desafortunadamente no tengo espacio para mencionar”
Señala que “Durante los últimos 12 años he dedicado mis esfuerzos a manejar los desafíos lingüísticos y culturales enfrentados por esos latinos en búsqueda de servicios de salud mental o abuso de sustancias en Georgia y no lo podría haber logrado sin cada y uno de los 50 miembros del equipo de CETPA”
Dice que luego ahora está empezando una nueva etapa con oportunidades de crecer con programas de prevención a nivel estatal que proveerán consejero por medio de internet para quienes tienen miedo de manejar o no pueden hacerlo.
“Programas que yo nunca hubiera pensado”, también tiene invitaciones de México Colombia y Chile para duplicar esos programas. “Si Dios quiere allá tendrán programas de CETPA en esos países, son mis expectativas en los siguientes 10 años” señala y concluye:
“Estoy emocionado al comenzar la próxima etapa de mi carrera, si la historia nos ha enseñado bien sé que no será aburrida”
Fechas importantes en su vida
– 23 de abril de 1985 llega al hospital Richville en Smyrna
– El 2 de febrero del 1987 un gran hombre y mentor, Jack Whitworth, me dio la oportunidad de trabajar en SAFE Recovery Systems, S.A.
– Verano de 1999 fundó CETPA y fue organizada como agencia sin fines de lucro en septiembre de ese mismo año.
– 22 de diciembre del 2000 antes de dejar la Casa Blanca el presidente Bill Clinton firmó el perdón presidencial del doctor Mancini, con el cual recuperó su derecho al voto, luego de haber sido convicto por drogas.